02 enero 2008

CONFESIÓN DE UN ÁNGEL




Miré un poco más allá de lo que me estaba debido ver
y sin pensarlo me lancé en picada libre hacia el abismo,
las alas hicieron combustión en el aire y mientras caía
crearon el color ensangrentado del crepúsculo.


El mar me atiborró el cuerpo con humedad y sal
y me sentí, de pronto, denso por dentro.


Al alcanzar la playa
pensaron que era ICARO.

No hay comentarios.: