Y busco la voz con la voz que pausa
Con la palabra que instiga el fulgor
Entonces
Permanezco esperando
Estupefacto
Siento el tiempo del sigilo
La entrada del rumor que me orilla.
Todavía hay un ruido de cosas que pasan afuera
Que aceleran su vértigo tras la cortina
Que suscitan un rugido para instaurar la realidad
Proclamando el llamado de la sensatez.
Está el televisor y su otro sonido que acompaña
Pero ya no hay cotidianidad
Todo lo común se metamorfosea
Y el asedio comienza a inventar la belleza
Como una voz trágica que alela
Escribo
Buscando
Mis ojos se entornan como si en la transparencia
Hubiesen harijas de sensibilidad flotando
Pero no hay nada salvo la emoción palpitando.
Escribo una palabra
Y siento
De pronto
Que no basta
Que se derrumba lo que era sagrado
La ternura y el desasosegado inventario
Es inevitable esta liturgia
El gesto trasgresor de poner algo mudo entre las cosas
Sin embargo
Se sufre a tientas
Hay orfandad en todos los rincones
Y se registra el desamparo
Como el padecimiento evidente de los días.
Todo el que oficia esta memoria
Reconoce el espanto
En la noche de los poemas
Toda palabra es un hilo
Que se teje
Para anudar al silencio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario