17 julio 2013

INCANDESCENTE




He vuelto a empezar,
A indicar  a la vértebra la intensidad de su inusitado varapalo sobre la luz.
Escuece sobre la diafanidad de esta palabra inquieta  la incordiante melancolía…
Pero recuerdo haber leído alguna vez entre mis sueños el destino.

He vuelto a encender este cuerpo farfullante, escabroso como una caída en el misterio,
Como algo que brilla y encona la mirada hasta hacerla perecer en un animal ambicioso,
Y he creído en el milagro, como si se tratara de una firma comercial anticipada.

Pelético  en galimatiás, bebí del silencio como un búfalo asustado.
Mi ser se entregó a una causa sin reconocer el color con que despertaba hacia los días.
Útil, impresionado en artilugios de  taumaturgo, mis manos aprendieron a acariciar
Hasta convertirse en la señal de un rumor interno que presagiaba el afecto.

Hoy tengo nuevas  y magníficas palabras para nombrar y hacer añicos el silencio,
Hoy estoy seguro de envejecer y de perpetrar el amor con todo el asombro.

He vuelto a empezar.

De repente, siento  el corazón:
Su luz esmerilando la significación de tanta palada entre la vida
Promete cristales entre la arena y óbolos para mitigar la ausencia.

La fosa ha empezado a medir el peso sincero de mis huesos
Y hay ya ciertos rostros, ciertas distancias con cuerpos aguantando la fuga,
Pero no tengo ya miedo de anochecer como si anunciaran la última ventisca

Entre los pliegues del rostro que van escondiendo la infancia
Descubro con complicidad mi despedida como una sonrisa entregada a la felicidad y el recuerdo.

Me quedan pies para andar erguido, digno al fin, de un azar leal a la primigenia idea del instinto,
El carácter es un artefacto que sabe nacer justo en la canícula, concentra el fuego, cuenta.  

He vuelto a empezar.

Escribo lo que vi al otro lado de la pared
Y aunque la invulnerable muerte me saluda con  su mefistofélica farsa
Las briznas que lanzo entablan una lengua propia.

Un palabra más otra palabra, y así sucesivamente, son mi línea de la mano,

Ese es mi lumen.

1 comentario:

Jeabelly dijo...

Es la brisa que trae hasta tu puerta de palabras y vuelos ilimitados, mi presencia para degustar con absoluta complacencia, una a una tus lluvias llenas de vital existencia.
Saber que el amor florece en ellas es un espectáculo que embellece aún más tus perfectas letras.