Clint Eastwood es uno de esos pequeños y grandes actores que logró profundizar con tanta lucidez en su oficio que pudo transformarse con el tiempo en uno de los grandes directores de nuestro tiempo. En el 2006 a vaquero le da por llevar al cine una tragedia de la segunda guerra mundial, para ello se conjura un artilugio metaficcional tremendamente avasallador; Eastwood pone en la pantalla la masacre de Iwo Jama a través de dos versiones inmediatas, la primera muestra la perspectiva de los japoneses y la segunda trasmuta desde el mismo escenario, fotografía y argumento la perspectiva desde los americanos, un sólo escenario para filmar una película que son dos. Cartas está más por encima, es visceral, no queda de otra que verla. recomiendo realizar el extraño ejercicio de comparación.
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