19 diciembre 2012

Tetralogía del poder

 "Tenemos que profundizar en todo lo que es oscuro en el hombre".
Sukorov


Alexander Sukorov, quien muchos consideran el continuador del cine ruso después de Andréi Tarkovski, siempre ha manifestado que el séptimo arte es ante todo plano y que por ende debe remitirse a la pintura o, a la fotografía; en este sentido, no cabe, como él lo defiende, ahondar en la profundidad o el volumen de lo que se filma. 

Esta propuesta es transgresora porque pareciera que no buscara hacer evolucionar el cine sino más bien regresarlo a sus orígenes. Sin embargo, Sukorov argumenta que el cine está hasta ahora naciendo y que por ende su nacimiento debe estar fijado en el estadio de lo pictórico, de lo meramente visual dado desde la forma y el color. 

El cine entonces de Sukorov es una muestra real de sus teorías, la mayoría de sus propuestas han sido verdaderos experimentos con el color, la atmósfera y la composición. Reconocido por El arca rusa y Madre e hijo, la fimografía del director ruso plantea ante todo situaciones críticas de la condición humana, pero es con su tetralogía o trilogía con epílogo lo que lo ha llevado a ser uno de los directores más aclamados y cuestionados. 

Llamo trilogía con epílogo porque veo en Fausto no una continuación temática del crepúsculo de hombres poderosos sino más bien un regalo, una moraleja, una metáfora colisionadora de las tres películas anteriores a través de un personaje ficticio que demuestra como el humano se convierte en dios degradándose y firmando su final, su eclipse. 

Obsérvese que Fasuto pareciera más una propedéutica que un epílogo pero su clasificación como nota final se da respecto a su función retrospectiva frente a la degradación que presenta la trilogía.

Cuatro entonces son las obras maestras que en lugar de discutir el poder muestran y señalan el declive que ocasiona el ejercicio mismo de este.


Moloch



Quizás la más conocida de la tetralogía, Moloch es ante todo un adagio, la figura que se muestra de Hitler no es la que han revelado con severidad y malestar películas tales como La caída; Hitler: The Last Ten Days; El bunker; Mein Führer;  Downfall o Hitler, el reinado del mal. No, Tampoco es la sátira a un Hitler como el de El dictador o ¡Usted espía de Nazty!; más bien, el retrato que se hace de Hitler en esta película es la de un personaje proclive que se sorprende ante la realidad de ser humano y estar en degradación constante, es la fotografía del resentimiento y la locura.

En Moloch vemos a un tipo degradado, encerrado en sus más oscuros pensamientos de existencialismo y cinismo. la película narra entre claros oscuros el miedo de un Hitler, la zozobra, el desasosiego constante. Una película que conmueve lentamente hasta tornarse en una verdadera compasión por el hombre. Toda el filme es un terrible estreñimiento.


Taurus



Emblemática, verde-azul, casi sueño, la película sobre Lenin, marca un panorama atroz sobre lo que fue la vejez y muerte de este personaje. Nadie se imaginaba lo que vendría después de que él no estuviera, estas palabras, que dice dice Lenin a su compañera son funestas y aterradoras.

Lejos de las visiones de "Lenin: el tren" u "Octubre", el Lenin de Sukorov es un prisionero de Stalin, es un demente, un vejete que refunfuña y se somete a exámenes médicos y teme por lo que vendrá. 

Sukorov deja de lado al combatiente, al revolucionario y nos devela un ser humano que envejecido y casi olvidado, apenas si logra caminar o bajarse de un automovil.


Solntse



La película que cierra la tetralogía respecto a personajes reales. 

Muchos han establecido un cine ya de género sobre la derrota de japón, lo que fue Hiroshima, Pearl harbor y demás hechos se han convertido en películas controversiales, filmes acerca de la entrada de Estados Unidos en el imperio del sol de la postguerra que se han basado en la victoria de los aliados sobre los orientales. 

Pero Sukorov nos lleva al centro de todos estos acontecimientos en lugar de mostrarnos la violencia y el heroísmo, nos sumerge en los meses más reflexivos y críticos del imperio, nos somete a ser testigos de la rendición del emperador Hirohito y poco a poco nos va mostrando el ser diabólico y humano que era este personaje amante de la biología y sucesor de los dioses. 

Filmada en tonos ocres, casi crepusculares, la película plasma el encierro de una libertad que se asoma desde la más flemática tristeza. Desde el bunker, hasta el laboratorio, Hirohito no deja de gesticular una plegaria inaudible, señal de una neurosis de poder o persecución. El emperador no sólo tergiversa cada símbolo sino que propone nuevos significados a los conceptos que antes hacían parte de una cultura. Hirohito es quizá ese cangrejo samurai, el mismo Genji ahogado en su derrota.


Fausto




El epílogo de la tretarlogía trata sobre un personaje de literatura; el Fausto de Goethe. 

Sukorov nos trasmite en esta película la evolución de una mente ambiciosa, desenfrenada y nos muestra la locura, el final  de la película será la entrada a ese poder ya colonizado, ganado que tendrán que afrontar los personajes reales de la trilogía. 

Fausto es terrible, es una película violenta y es repulsiva.  

Sólo un personaje angelical consuma cierta ternura. Por lo demás solo vemos ese hombre que anda por recovecos y recodos mancillando sus propias habilidades y vendiendo su alma al usurero Mefistófeles que mostrará sin piedad las consecuencias de la ambición.

Película que no es El perfume, El mercader de Venecia o Letras prohibidas. Es Fausto, la terrible Fausto.

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