Esta película realizada en 1999 el año de The Matrix, está considerada como una obra de culto oculta; el interés suscitado hacia ella se debe a que es la precursora de las dos más grandes filmaciones de los últimos años, por un lado The matrix y por el otro Inception.
Aunque el formato se encuadra en ese estilo de Los cazafantasmas y de las técnicas flamantes de los 80, Nivel 13 genera los arquetipos de las tesis que darían lugar a las realidades virtuales, los mundos paralelos las dimensiones, los niveles y la forma clásica de transportarse y leer la otra realidad cuando esta se demuestra en su esencia.
Josef Rusnak adaptó la novela de Daniel Galouye recreando de esta manera uno de los mitos que posibilitó la dinamita suficiente para entablar nuevas narraciones en el cine.
La historia es sencilla, un grupo de científicos crean o descubren, sería más apropiado, una realidad virtual, lo que no saben es que esa realidad virtual comenzará a ocasionar secuelas y acontecimientos reales; uno de los científicos muere y su mejor amigo decide averiguar la causa.
De ahí proviene la trama, de ese hecho sospechoso, el investigador comienza a experimentar con los niveles de realidad, se enamora, es perseguido y se encuentra con la arquitectura de ese verde matrix que tanto conocemos.
Una película hermosa, siniestra pero bien contada donde el pasado que creemos podemos controlar está determinado por las oportunidades del presente el cual a su vez está circunscrito a los caprichos de un futuro.
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