20 noviembre 2011

LO INFORME.


Es que siempre se sienta uno a escribir, a detallar lo que bulle en alguna parte del incienso, dentro de lo que posiblemente se le ha puesto la denominación de pensamiento que es como nombrar a un fantasma, como llamar a ciegas y llega esa música pesada como una lágrima y ya me derrumba y me pone a pensar en la calle alargada y sola que se dilata hasta ser sólo un nudo, hoy no tengo sino dos y tres y quizás un montón de tiempos y números para desaparecer de verdad estando tan presente como en el instante; acaso sean recuerdos o un ovillo que me precipita, que me sacude  desesperado por estar con alguien hasta reconocerme desnudo; el sol es tremendo, sin articulación en ninguna parte de lo que quisiera hacer, no obstante este universo es impuesto, me queda pensar que veré una (película) o que me atragantaré con un ácido para sentirme el alma temblando en las pupilas, diez mil años de esto y sigue escabulléndose el asombro, todavía tengo el mismo color de piel, el mismo olor a primitivo, con los años uno se va restando tretas, se va abismando sinsabores como si estuviera esta voz acostumbrada a un ritmo de desolación intermitente; pero puedo reír y  entonces todo puede ser, no más que una pantomima, una fullería impuesta para acelerar el desvarío, una aparición de funámbulos hipócritas a los que les puedo diseccionar la tristeza, sacarles de su crisálida una carcajada y ponerlos a cocer en otra parrilla de enredos tan inverosímiles como si fuera cierto. Y están entonces las palabras menudas, las de siempre, a las que no puedo renunciar y para eso es que se llega hasta esos puntos y comas y tildes que acentúan que la  vida se resume en un pequeño y …[CATACRESIS] léxico, que para decir a veces algo nuevo debo abrir pestañas y hojear letras hasta juntarlas raras como si fueran especies encontradas en un pantano o en la misma miseria del mugre que escondo en los rincones, y estoy vestido, casi sin afeitar y con la cabeza rapada para presenciar el momento en que comience a rajarse, ya saturada de tanta complicación, esa sombra que empuja haciendo gestos, proponiendo dudas, yo le voy metiendo el cansancio como si rellenara un muñeco y digo que puede estar bien por hoy, que ya fue suficiente de aguacero deshaciéndole las alas ; que está mejor que nunca que no haya tenido que levantar el auricular ni menos sentir ganas de arrojar comida por ese apéndice sin sentido que jamás me ha dado respuestas del otro lado sino cierto olor a rosas de difunto, cierta corazonada de lengua perpetrando atroz el silencio como un clavo entre los labios. Que lo malo fue despertar, volver como amarrado y vuelve, además, otra vez, sin embargo, este sonsonete que no me puedo quitar, pandereta de alguien que parafrasea lo mismo y lo mismo en otros gazapos alineados como puertas cerradas en el deseo, en otros lugares que son también espejo; por la ventana un arcoíris comienza a entablar su presencia como si se tratara de un monstruo y yo que sólo quiero una estrella fugaz le cierro la cortina en la cara, está zafado algo entre mis dedos, consternado de tanta violencia y sé que es la infancia la que dejó su cicatriz más estremecedora entre mis manos, no se puede pensar en otra cosa después de que se ha visto todo con los ojos de la inocencia: desnudar a una mujer y hacerle el amor después de desenterrar la tierra casi como si fuera una carroña te golpea todo el gozo, te cuelga, te desmigaja en maldiciones y la huida siempre es hacia el resentimiento. No tengo un eslabón que una a una idea con este sabor podrido, con esta gana de cerrarme como un punto aparte. Violencia puede ser cualquier ternura esperando en las esquinas y contra el reverbero de preguntas cabe bien decir dos puntos, desde que uno se pone a vivir se le desmantela todo, es como escribir así, con intuición, dejando que fluya cierta dimensión atropellando piedras, haciendo añicos los salmones, creciendo hasta desbordar el fondo de los espejos de donde uno quisiera sacar a puñetazos al que sueña. Es que la realidad es tan confusa como mirar con los  ____  bien abiertos y todo se rompe hasta que ya no queda hoja, todo es cierto, se puede concluir. Pero ya no importa.

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