LA
SALAMANDRA
Farsa psicológica.
Obra
en un acto y cuatro piezas
ÚNICO ACTO
PRIMERA
PIEZA:
Personajes:
Salamandra: anciana que se
desdobla
Perro
Parte derecha del escenario
iluminado, una luz fuerte amarilla mantequilla, el resto a oscuras, hay un
árbol seco y muerto en la mitad del escenario, la luz ilumina la mitad del
árbol. En el centro de la mitad iluminada se encuentra una anciana harapienta
que sufre síndrome de Diógenes, lleva una `bolsa
del tesoro`, una bolsa que contiene todas sus pertenencias. A diferencia de la
bolsa del tesoro de otros compuesta por toda clase de cachivaches, cartas,
restos de comida, la de la mujer contiene exclusivamente un esqueleto de
paraguas y una foto con un marco el cual saca cada rato y acariciándolo, lacónicamente
dice “padre”.
La Mujer está confundida,
examina el saco, mira hacia el lateral derecho, luego hacia la sombra del
lateral izquierdo, explora la parte visible del árbol, la mujer se va mostrando
cada vez más angustiada. Inicia ataque pánico. De pronto parece recordar algo y
de frente al lateral izquierdo comienza a desmayarse suavemente, cuadro a
cuadro hasta quedar totalmente descansada sobre el suelo.
Salamandra: Soy Isabella Augusta Persse Lady Gregory y si Auguste fue el primer Clown eso entonces
me convierte, por llamarme Augusta, en la condesa Clown. Señoras y señores es
un placer para mí presentarme, mi nombre
Abbey Seventy Years. Un gusto.
Ahora. Fueeeeeeeraaa de mi sala!!!!! (explota
en un ataque de histeria, lanza el saco hacia la sombra, luego mira determinada
al público) Mi nombre es Ángela Emer Fand y esta pócima es para olvidar.
Estas pócimas son para olvidar, para olvidar, olvidar. Ohhhhh!!!! (se
levanta, se conmociona, tiembla, comienza a caminar con incertidumbre hacia la
sombra, desaparece por completo en el lado oscuro del escenario) Tranquilos,
la obra ya va a empezar, es que como se
están arreglando allá atrás en bambalinas entonces no les quedó otra que
meterme a mí aquí a asear esta cosa, la verdad es que yo vivo aquí cuando
ustedes se van, pero esperen, ya vengo, voy a mirar si es de día, es que aquí
de noche hace mucho frío y como que es de noche porque ni los veo. ¿Hola, hay
alguien ahí? (pausa) Si hay alguien que
espere un momentico que ahora salen y les presentan la obra de la vieja loca
que se suicida, el final es malo, la vieja se lanza a la hoguera, mejor dicho… pa’ que les cuento
el final. Saben qué… huy, allá no hay nadie,
je, je, je, estaba hablando sola. ¡Huy, qué fue eso?! Sangre de Cristo cúbrame.
(Se escuchan ruidos de cosas
arrastrándose, de cosas que se parten o se quiebran, la anciana camina desde el
foro erguida con un periódico entre las manos hasta el límite de la luz y la
sombra, la mitad de su cuerpo está en la sombra la otra mitad en la luz, va
hacia el público caminando desde el foro hasta el árbol, se detiene por detrás
del árbol, lo rodea y deja al descubierto todo su cuerpo en la luz) Paciente
muere incinerada en su propia casa debido a un incendio accidental, al parecer
la anciana coleccionaba cachivaches compulsivamente y recogía animales de la
calle, los animales se salvaron, al aparecer la mujer se habría quedado dormida
dejando unas velas encendidas que provocaron el incendio del inmueble…Paciente
muere incinerada. ¿Dónde pasaría esto?, estoy segura que se trata de mí, a lo
mejor estoy muerta. Ya sé, este es un periódico del futuro, claro, me están
avisando de mi muerte. No, esos malditos quieren que crea que estoy muerta o
que me voy a morir, pero miren (hace
gesto de pistola) ni por esa, ja, que pensaron. Paciente muere recluida… ¿Dónde
estoy? De seguro estoy actuando. A lo mejor esto es un mero montaje para
hacerme creer que de veraz sigo siendo actriz, el teatro está ubicado en mi
ciudad natal, el director es mi esposo, el público es mi familia. (la mujer arroja el periódico y regresa a la
sombra) Jaime, Jaime, je, je, je, debe de estar allá en el rincón, allá
arriba. Que no me vengan con cuentos, aquí adelante debe estar el Rechoncho y
la Gansa. Y yo. ¿Dónde estoy? (Una parte en
el piso del espacio en sombras se ilumina de repente, son carbones ardiendo, la
mujer comienza a caminar sobre los carbones encendidos, las manos flácidas,
esconde el rostro y mientras habla sólo busca esconder el rostro de un lado
para otro) seis dones son los de la feminidad: la belleza, una voz
suave, dulces palabras, la sabiduría, habilidad para la costura y la castidad.
Meras blasfemias, el único don de la mujer es la sangre, De la especie
humana el único sexo (género) en llegar
a la madurez mental propiamente dicha es la mujer a causa de una madurez
biológica. Debido a la regla, a la menarquía la niña se convierte en mujer,
exactamente en todos los sentidos, ese día es una impronta que parte en dos la
historia, en un antes y un después. Al hombre no le sucede esto, no tiene un
evento traumático y tan crudamente expresado, tan visceralmente que le diga que
se ha convertido en un hombre. A nosotras sí, con la sangre no sólo nos
enteramos que sorpresivamente ya no somos más niñas sino que hemos perdido la
primera célula reproductiva. El primer hecho de una mujer para constar que es
mujer nos sucede con tal crueldad que nunca ningún hombre alcanzará a imaginar el dolor de ver escapar esa sangre
que podía dar vida, algo así, cambia la vida para siempre. Puede que un hombre
se haga adulto, todos llegan a adultos, ¡bah!, pero en el caso de los hombres
el adulto sigue siendo un niño desempeñando un rol, un compromiso una
obligación, igual sucede con ser padre, nunca sabrán que es madurar, nosotras nos
llevaremos ese terrible secreto y esa atroz experiencia hasta la tumba. Existe
una felicidad en todo y arde en mis vísceras como ascuas. (atraviesa los carbones y se fusiona de nuevo entre las sombras por el
lateral derecho. Por el lateral izquierdo entra un perro negro, se sienta en el
centro de la escena iluminada y se queda mirando fijamente hacia la sala por
unos 30 segundos, luego desaparece fusionándose en la sombra del lateral
derecho)
Se baja el telón.
SEGUNDA
PIEZA:
Personajes:
Actriz
Vigilante uno
Vigilante dos
Perro
Escenario parcialmente
iluminado, ambiente de museo, ciclorama con dos pinturas, la primera tiene la
desembocadura de un río en un mar turbio, el paisaje es nocturno y de tormenta
en la otra pintura un horno de gas abierto entre las pinturas un poliedro,
sobre este un vaso con whisky, hay un punto hueco en el ciclorama por donde se
expone una luz que atraviesa el vaso, efecto: colores reflejados por el vaso. Pared
blanca en el lateral izquierdo con un a pequeña abertura para el pasillo que
estará muy cerca del proscenio, hay un poliedro y encima de este un sobre con
pastillas, en la pared un cuadro con que muestra el rostro de una mujer y un
hombre abrazados totalmente desconsolados, el abrazo es fuerte pero sus rostros
están muy alejados y distanciados emocionalmente, hay una frialdad total en el
abrazo y los colores que de la piel y
demás son de una palidez ahogada o ahogante, son como dos ahogados que se
abrazan por inercia pero están trágicamente desasosegados. a metro y medio de
la pintura hay un separador con manos estiradas intentando cerrar el paso hacia
la pintura. Pared blanca en el lateral derecho con pequeña abertura para el
pasillo que estará muy cerca del proscenio, dos poliedros, encima del primero
dos bolsas, el contenido de las piedras debe ser explicito: piedra, para mayor
ilustración dejar una bolsa a medio abrir con una roca fuera de ella; sobre el
siguiente poliedro hay un marco de ventana persiana abierta. En la escena hay seis
marcos de cuadros con dimensiones de 1.70 x 1.30, tres en primer plano y tres
en segundo plano sin que ninguno cubra al que sigue. Detrás de los cuadros en
el punto central de la escena, un baúl de bucaneros con apariencia de
desenterrado.
La tapa del baúl se levanta,
del interior, una mujer contorsionada, emerge vistiendo atuendo de ladrona
profesional, capucha de buzo, gafas de visión nocturna, guantes negros, traje
de licra ajustado al cuerpo, zapatos de goma y cinturón multiusos, la mujer
saca de baúl unas herramientas y se las ajusta al cinturón: tijeras de podar,
machete, una regla de medio metro y una clepsidra con un compás de marinero. La
mujer rueda sobre su espalda, mira hacia cada lateral, se pone las gafas y saca
las tijeras de podar, corta hilos invisibles semejando cortar rayos
infra-rojos, pasa por delante de los cuadros, guarda las tijeras de podar, se
quita las gafas y se las ajusta sobre la cabeza, se frota las manos con
felicidad y coquetea con su cuerpo saca el compas hace unas mediciones buscando
un centro entre el proscenio y los marcos, ubicado el centro, saca la clepsidra
y comienza a rodar el tiempo.
Actriz: (elevando los brazos) El poeta trae
de lejos la palabra / Al poeta lo lleva lejos la palabra. (pausa) Perdón,
la escena es: (baja los brazos y adopta una actitud agresiva hacia el
público) un museo no es más que un cuarto de San alejo, el futuro estará
repleto de cuartos de san alejo, lo triste, lo verdaderamente triste es que
estos cuartos de san alejo son una distracción, una mentira, una miscelánea de
apariencias que disfrazan de la mejor manera las tragedias, un museo es un
mausoleo. (la mujer sale de la escena por el proscenio y se posa de espaldas
al publico entre la orquestra, mira hacia la sala, saca la regla d medio metro
y comienza medir, se gira, afirma su pie
derecho sobre el borde del proscenio y se inclina apoyando el mentón sobre su
mano que descansa apuntalando el codo sobre su pierna) No está mal, fue una
entrada espectacular, miren ustedes, si medimos bien la escena es límpida, está
finamente pensada para hacer pensar en la atmosfera de un museo, en algún
momento el director quería que yo saliera por el foso, por una especie de
claraboya que estaría justo donde está el baúl pero a mi se me ocurrió que era
mejor efectuar algo más surrealista, ustedes me entienden, el baúl, la
contorsionista, esas cosas. La escena consiste en robar los cuadros, el
problema es que no hay puerta por donde salir, los pasillos, claro (señala
los pasillos) serían trampas seguras, bocas de lobo, si hubiese estado la
claraboya (señala el baúl) el problema habría consistido en sacar los
cuadros por esa pequeña ventana, pero con el baúl la cosa es más grave, (gira
hacia la sala y comienza a caminar de un lado para otro entre la orquestra)
Todo comenzó en la pequeña librería Merlín del pasaje de la feria del libro
entre la octava y la diez y seis, a cuadra y media del cafetín y la iglesia de
san Pedro, la que queda al frente del parque de los periodistas, diagonal a la
antigua estación donde ahora esta el hermoso y moderno eje ambiental que
va a dar a la escultura de los obreros
en el banco de la republica, si uno sigue ese horizonte puede que llegue a la
mariposa del parque san Victorino y de allí salir disparada por entre el mundo
de buses y gente más excéntrica del planeta hasta llegar al jardín de las
palomas en la plaza Bolivar donde un sobrecogimiento de libertad con brazos
extendidos estará rodeado por el palacio de justicia, la catedral, el congreso
y la alcaldía, los cerros están verdes y relucientes, la iglesia de Monserrate
es mágica en las horas de la tarde cuando el sol pone toda la ciudad
anaranjada, si miras por un telescopio puedes ver la gente asomada a la gran
torre de Colpatria y desde allí desde otro telescopio el aeropuerto que se
pierde en el horizonte donde se apaga el sol, a esa hermosa vía repleta de un museo
vial se le llama el Dorado y está ubicada en la ciudad más confundida de la
tierra, supe que se le llamaba museo vial al museo vial porque ese día don Célico,
después de pasarme en un posillito diminuto con el mejor café del mundo y luego
de pedirme que me quitara la chaqueta para que pudiese recuperar el calor
debido a que me había mojado por la tormenta, me dijo, mirándome por encima de
sus anteojos hechos artesanalmente con alambre, que él tenía el libro que yo andaba
buscando, era un libro precioso, las fotografías era impresionantes, su título:
Bogotá una ciudad museo. Allí estaban todas las esculturas, obras
artísticas que mi gran ciudad ostentaba dentro de su inmobiliario y allí estaba
ella también, le encantaba ir a Merlín,
sucedía que el sólo hecho de perderse en cada piso de la librería la hacía
sentir como en la biblioteca de babilonia. Borges, le dije, ella me miró, ja, ja,
ja, ja, ja, que día aquel, hablamos de todo, luego hicimos el plan, robar este
museo. Saben, yo iba a robarlo, en serio, tenía todas las intenciones, pero,
miren, que voy a robar, no hay ningún cuadro, apuesto que ella llegó primero.
Bueno, pero ustedes serían incapaces de denunciarla, así que se me ocurre algo
mejor, el director no lo sabe. Pero eso que importa, nosotras teníamos una idea
genial, saben, voy a hacerla real, la idea era robar los cuadros de esta
exposición temporal, poner en su lugar otros, otros más dicientes, más
agresivos, más verdaderos, saben, queríamos romper el molde, queríamos romper
con las reglas, que bonito es una letrina con mierda adentro, alguien lo hizo,
dejó el museo a un lado y lo convirtió en un retrete, alguien puso una liebre
muerta en otro museo, y lo convirtió en
un matadero verdaderos genios, nosotros simplemente queríamos, bueno ahora que
lo pienso, soy una ilusa, yo era la única que lo quería, saben por qué, porque
si ella lo hubiese querido, hubiese dejado nuestra obra, pero no, dejo los
cuadros despojados, solo el esqueleto, me dejo la carroña, las sobras, me
engaño, ella no quería trasformar nada, ella sólo quería quedarse con los
cuadros, saben, ella, ella no soy yo, yo voy a hacerlo. Dejemos la ficción a un
lado, las palabras son solo palabras, miren, (sube a la escena extiende los
brazos presentando) la exposición temporal decidieron titularla: Thanatos:
suicido en la literatura femenina. Que locura, seis escritoras hablan con su
sangre, con su silencio, que farsa. Y lo peor, cada cuadro era una exposición
de una mujer representante del suicidio. A la basura todo eso. (Saca el
machete y comienza dar golpes de filo sobre la parte hueca de cada marco)
Y a la basura ella, que se quede con los lienzos
falsos, con las falsas poses, me imagino que ahora debe estar colgándolos en su
alcoba o estará mirándolas delirada, tendida en el colchón que tantas veces
escuchó nuestros planes de rebeldía y de gozo. Que se pudra como una marmota
que queda atrapada en su alacena, que envejezca inmortalmente y muera
incinerada en un incendio mientras sus lienzos rejuvenecen, que quede solo un
esqueleto en el colchón o unas cenizas y que las telas sólo muestren bebes de
niñas, de fetos, de células. (se
recompone, toma distancia, pasa por
detrás de los cuadros, juega al escondite detrás de cada marco y luego sale por
el primero que será el que esté al lado del lateral derecho)
Pero esperen, yo les voy a mostrar la verdad. Sean
ustedes bienvenidos a la mejor exposición de arte nunca antes vista. Thanatos o
el arte del silencio. Unas palabras simbólicas antes de iniciar: “Morir es un arte, como cualquier otra cosa. /
Yo lo hago excepcionalmente bien. / (...) Lo hago para sentirlo real. / (...)
Es muy fácil hacerlo y guardar la compostura. / Es teatral” (la mujer hace una venía, pausa, se levanta y
se mete dentro del primer marco) Aquí yace Anne Sexton, saben, este cuadro
es realmente horrible, Anne fue todo, fue atroz, pero miren, que retrato más
pútrido el de Anne, parece una Marylin, falta que el cuadro se titule, los
caballeros las prefieren rubias. (se
escucha un rumor que proviene del pasillo lateral izquierdo, la mujer mira al
publico y se lleva el dedo índice a los labios indicándoles silencio, luego se
pone dentro del primer marco y adopta una pose fotográfica imitando uno de las
más conocidos retratos de Anne Sexton. Mano sobre el mentón, sonrisa sentada.
La mujer queda inmóvil)
Vigilante uno: (entrando
por el pasillo) ya debería estar aquí, quiero ir a mirar la final, Carlos
ya me está agotando la paciencia, ahora me va hacer perder los goles. (mira el reloj, se da una roda por la sala,
alumbra con la linterna, llega hasta el frente de la actriz y la enfoca con la
lámpara, hace un gesto de no entender y sigue dando la ronda, saca un celular y
lo revisa) a ver, no, mmmm, bah! (pausa, se queda pensado y luego sale)
Actriz: ufff, casi, (saliendo del marco) bueno, pero así pudieron apreciar mejor, lo
ven, es que todo es como yo decía, se imaginan, Anne Sexton, ja, esa mujer se
metió una borrachera, se puso el abrigo de la mamá y se metió en el carro, allí
se dejó morir por el bióxido, ese es el cuadro que se debería mostrar, así,
esperen, (va por el vaso de whisky lo
coge y hace una pose grotesca de borracha) me falta el abrigo ehhh, pero
imagínenselo, que la imaginación siempre es mejor que kil imágenes, ahora, la
verdadera pintura, (se mete dentro del
marco en el rol de borracha y sin salir del marco comienza a caminar sin avanza,
hace la mímica completa desde que Anne abre el garaje, cierra la puerta, abre
la puerta del auto se mete al auto, enciende el carro y se deja morir, hace una
pose grotesca, sentándose en el aire, mandando la cabeza hacia atrás, el brazo
que sostiene el vaso se encuentra desvanecido, el rostro adopta una belleza
lívida de ebria dormida) este es el cuadro, (guiña el ojo, se levanta y antes de ir hacia el segundo marco pone el
vaso en el centro de este, se escuchan pasos en el pasillo, la actriz entra en el
segundo marco adoptando pose de mujer pensativa al estilo Rodin)
Vigilante uno: si ves, siempre me toca esperarte, un día de
estos me voy y si llega el supervisor no me va a importar que te echen
Vigilante dos: hombre, no es para tanto, ya sabes que mi hijo
está enfermo viejo, ten un poquito de consideración.
Vigilante uno: consideración?, vos si eres sin vergüenza,
acaso no lo podías dejar con tu esposa, llevo ya una semana en estas, te dije
anoche que hoy era la final, nunca me la pierdo, además tu hijo se la buscó, se
más duro con él.
Vigilante dos: bueno, bueno, se trata de mi hijo hombre,
puede que él se lo haya buscado, pero soy su padre, así, que no me jodas con
que debo ser más duro con él, ya tuvo suficiente con saber que casi se muere.
Vigilante uno: quizá eso era lo que necesitaba, el chico esta
desorientado hombre, hay que redirigirlo, te falta dureza, ponte los pantalones,
dile que no siga actuando, que no siga escribiendo, que se meta en la vida eral.
Vigilante dos: no me digas como ser padre, tu cría tus hijos
que yo me encargo de los míos
Vigilante uno: ok, disculpa, es que a veces pienso que eres
muy permisivo con ese muchacho, él es muy inteligente, pero a veces pareciera
que no lo fuera, pero más bien cuéntame como sigue
Vigilante dos: pues ya se encuentra mejor, ya el dieron de
alta, sin embargo me preocupa, esos sentimientos, esas intenciones, siempre ha
sido muy reservado, muy tímido, pero nunca había realizado algo parecido,
además él jamás me dice qué quiere, es raro, es como si no fuera mi hijo, como
si no fuera de este plantea, es tan misterioso, se que busca algo, se que tiene
un sueño.
Vigilante uno: hombre, déjalo, ya lo encontrará, ya le llegará
la hora de saberse su destino, tranquilo, el superará todos los problemas es grande,
ya le llegará la hora de enfrentarse con ser uno más o lograr manejar el
secreto.
Vigilante dos: eres un gran amigo, espera que me llegue la
prima y nos tomamos unas frías.
Vigilante uno: Ya me pagarás, ahora despeja tu mente y metete
en el rol de vigilante, a actuar compañero, yo me voy porque ya pasó el primer
tiempo y me lo perdí por tu culpa
Vigilante dos: Entonces que esperas para irte, te vas a
perder el segundo.
Vigilante uno: De verdad que no tienes vergüenza, mejor me
largo.
Vigilante dos: Gus, hombre, se me olvidaba, gracias, de
verdad muchas gracias
Vigilante uno: Todo bien, para que están los amigos, mejor,
ponte a trabajar que no demora en llegar el super.
Vigilante dos; Ok, que pases buena noche
Vigilante uno: Lo mismo (sale
el vigilante uno detrás el vigilante dos)
Vigilante dos: Espera, voy contigo, debo asegurar las guardas
de la entrada. No vaya a ser que aun vigilante corrupto del turno anterior le
de por meterse con un grupo de borrachos (salen
por el pasillo lateral derecho)
Vigilante uno: Cállate o te… (Habla desde el camerino)
Actriz: (Saliendo del marco) sí, esa era Alejandra
Pizarnik, ángeles como cuchillos, la jaula se ha vuelto pájaro, qué haré con el
miedo, pero la vieron, era una chica feliz, pensativa, quién quiere ese retrato
en su casa, saben qué, yo me largo, podría seguir enumerando, haciendo el teatro
de cada suicidio, pero no lo voy a hacer, ven esas pastillas, con unas
pastillas como esas fue con las que se mató
Pizarnik, sí, nunca se sintió parte de nada, no pudo lograrlo, adaptarse le fue
imposible, qué quieren que les diga, en el tercer marco debería estar Ana Cristina
Cesar, gafas oscuras, pelo despeinando, sonriendo, luego un salto al vació
desde un quinto piso, lo que pasó con ellas, con Anne, con Pizarnik, con Cristina
es lo que me sucede, ellas escribieron para desalojarse de mucho, de todo, yo actúo,
yo realizo continuos performances aquí o allá, en estas tablas o en el asfalto,
nunca he sido, tengo todos los nombres y ninguno, pero amé, amé y soñé, soñé
con esto que es mi tragedia, un sueño que sólo yo puedo ver, Pizarnik escribió,
alguien podría decir que ese era el sueño, entonces por qué se mató si era
famosa, si había publicado, el sueño lo vio ella y quizás llegó un día donde se
dio cuenta que nunca podría, alguien se lo dijo, algo, eso pasó. Ven este machete,
quieren ver un suicidio, sería fácil, pero no, aun no me doy por vencida. Miren
bien, allá está Virginia Woolf, pero no vean el cuadro que pusieron de jet -set,
vean su muerte, sus entrañas, allí está, lista para lanzarse al mar, sus
bolsillos repletos de piedras, es de noche, le acabó de escribir a alguien que
ama, no es una despedida es un no poder más, es un ultimátum, avanza decidida
hacia el agua, con su mejor vestido, la ven, ahora déjenla métanse en este
otro, aquí esta Alfonsina, viaja hacia el agua también, se va a lanzar a la desembocadura del río de la plata,
Alfonsina y el mar, Alfonsina.
(Entra
un perro negro, llega al centro del escenario y se queda mirando fijamente al
público durante unos segundos luego sale)
El director se imaginó un
museo con estos objetos que de alguna forma son una representación de algo, son
un rompecabezas, ahora entiendo, yo sigo siendo un personaje, yo tenía que entrar
a robar, pero mi carácter indiscutiblemente me empujó a esto, miren, allí
estaba el vaso, por qué fui a cogerlo, por qué hice lo que hice, inercia,
guión, destino, quizás, miren ahora todo es simbólico, no se trata de robar, se
trata de acomodar el suicidio, la muestra, vean, las pastillas, (se acerca las pastillas y las coloca en uno
de los marcos y así con los sucesivos objetos que describe) las bolsas con
piedras allí, el barranco con desembocadura, en este otro la ventana (pausa) todo está prefijado, todos venimos
al mundo con nuestro aparato a cuestas, con la cruz que debemos padecer, por
qué el horno, lo ven, simple, era el horno de Silvya Plath, allí se abandonó de
sus hijos, de su esposo, de todo. Yo no sé, quizá solo he repetido palabras,
inútiles palabras de otros, quizás ella ni siquiera se robó nada y esto ya
estaba montado antes de que yo saliera del baúl, quizá la escena tenía que ser
arreglada por un fantasma, yo no existo,
nunca lo hice, lo único que vieron fue una escena, un museo, ahora vuelvo como el
genio a la botella (se dirige con
tristeza hacia el baúl y se mete en él)
Vigilante
dos:
(Entra, realiza la ronda habitual, se
dirige hacia las cuerdas de bambalinas y comienza a bajar el telón) cerrar
las cortinas, que los cuadros nos se estropeen
con las luz, poner la alarma, revisar cableado, cerrar todas las puertas,
asegurar el museo, dormir, (pausa, se
queda pensativo con el telón a medio bajar sobre la escena) Dios protégelo,
dale sabiduría, cúbrelo con tu gracia, es joven, no permitas que un padre vea
morir a su hijo, solo está confundido, se cree incomprendido, pero lo amo, Dios,
protégemelo, no se por qué le diste tanta inteligencia, tu sabes cual es su
destino, tu sabes lo que quieres de él y porque le diste esas capacidades, no dejes
que las despilfarre, permítele que encuentre su camino, su parte en la parte
del mundo, escucha mis plegarias por favor, mientras yo estoy aquí trabajando
dale bienestar a mi hijo, no dejes que se convierta en un tesoro perdido. Te
amo Dios (baja totalmente el telón, el
vigilante habla desde la escena cubierta) maldito Gus, aahgggg, ahora
tendré que volver a acomodar todos estos chécheres, sabía que se sacaría la
uña, bien Gus, eres el mejor amigo! Y ahora, ¿dónde ira este vaso?..whisky,
mmmmm
TERCERA
PIEZA:
Personajes:
Salamandra
Tramoyista uno
Tramoyista dos
Perro
Escena con laterales y ciclorama
idénticos a la escena anterior, se han sacado todos los marcos y todos los
objetos, en el centro se encuentra el
mismo árbol seco de la primera escena, el tramoyista uno está levantando la
bolsa con piedras y el tramoyista dos la ventana, Salamandra entra y se hace en
el centro
Salamandra:
(Entra
caminando erguida, con la juventud que su personaje nunca podría tener se hace
al lado del árbol, acaricia sus ramas mira la escena, los tramoyistas que se
encuentran desmantelando la utilería) Siempre es lo mismo, antes hubo aquí una
ciénaga y los hombres venían, se embardunaban en oro y barro y luego comenzaban
a llevarse todo. Al principio trataba de ser, luego todo se baso en hacer, ellos
y aquellos, los otros, vino luego un patio alrededor del árbol y los niños sin
tener noción de patria jugaban y jugaban creando teatros maravillosos, ahora está
este escenario y cada día es lo mismo, hombres que llegan y se embarran en oro,
niños que juegan a hacer teatro y luego nada, quedamos los dos, aquí siempre,
abandonados…
Tramoyista
uno:
¿Escuchaste?, shif, ¿pon atención, no escuchaste?
Tramoyista
dos:
Sí, era como un susurro
Tramoyista
uno:
Si, eso era, se me erizo la piel hermano
Tramoyista
dos:
Quizás es alguna resonancia tardía, algo así como un eco, a los muertos también
se les mueve la carne y eso no dice nada
Tramoyista
uno:
No sé viejo, dicen que en los tetaros asustan, además este tiene historia…
Tramoyista
dos:
Ya sé, el fantasma de la ópera
Tramoyista
uno:
No, te hablo en serio, dicen que todo teatro tiene su propio mundo, los
directores y los que escriben teatro siempre buscan develarlo, cuando llegan a
un teatro después de montar una o dos obras, esas personas se obsesionan con
buscar el universo que gravita invisible dentro de la escena
Tramoyista
dos:
Vaya, está interesante, dónde leíste eso, ¿hay alguna forma de ver ese mundo? ¿Se
ha expresado alguna vez? Cuéntame
Tramoyista
uno:
Cuenta la leyenda que una sola vez un gran director pudo revelar el secreto,
dicen que montó una obra con ellos, fue por casualidad, el hombre no tenía
mucho dinero y la compañía para la cual trabajaba lo dejaba dormir dentro de las
instalaciones del teatro, una noche el hombre no podía dormir, estaba
trabajando sobre el carácter de un personaje, estaba enfrascado en un bucle sin
salida, ya había logrado superar las dos primeras etapas, había desenmascarado de
su personaje las coincidencias míticas y rituales y había configurado en él
elementos alegóricos y simbólicos, al parecer su personaje era un héroe, la
tragedia consistía en el descubrimiento de culpa, el director estaba
experimentado y quería que el héroe primero sintiera culpa y luego cayera en
los restantes actos de la obra, su caída estaba basada en el concepto de
hybris, el director buscaba que los arrebatos y la impetuosidad de su personaje
lograra la compasión y piedad en el público pero no había logrado generarle un
perfil que lo dimensionara dentro de la escena, dudaba entre el héroe
voluntario o el héroe obligado, en el primer caso quería que su personaje
saliera de lo común, un hombre cualquiera que se veía de pronto imbuido en un
dilema moral, por el otro lado pensaba más bien en un agente mítico, una especie
de agente divino que era desterrado y por consiguiente tenía que empezar a reflexionar
sobre el dilema ético, no sé si fue el desvelo de aquella noche o la intriga
que aprisionaba el corazón del director los que hicieron el milagro el caso es
que allí, en mitad de la escena se le apareció un hombre pálido, totalmente
afligido, no era un Dios, tampoco era un fantasma, era un hombre normal,
deprimido, azorado, con el semblante normal de aquellos que están repletos de
interrogantes, un reflejo del director y de los miles de humanos que en su
soledad suelen devastarse con sus propios pensamientos
Tramoyista
uno:
Bueno pero ¿qué pasó?, ¿el hombre lo ataco?, ¿qué era?, ¿un alma en pena?,
¿hablaron?
Salamandra: Idiota,
¿qué si lo atacó?, no son capaces ni de verme y sí piensa que algo etéreo y sin
definición precisa en este mudo podría tomar posesión de un espacio determinado
e involucrase en el tiempo lineal en el que viven solo por meterle un pellizco,
que pensamientos tan estúpidos y miserables alientan la curiosidad de estos
seres, pobre Zoltán, en que diablos estaría pensando, que lo empujaría a
dejarse ver, porque se atrevería a cruzar la espiral y este chico, por que me
parece tan conocido, tan inmediatamente necesario, cómo supo de esto, de dónde
logró excavar tantas palabras verosímiles para desencadenar una historia tan
imposible para ellos
Tramoyista
dos:
Escuchaste, otra vez el murmullo?
Tramoyista
uno:
¿Dónde?, huy viejo esta vez no escuché nada, ja, ya sé, estás buscando
asustarme, estás creando una atmosfera, claro como tu historia está basada en
un teatro, ja, pero no, llevo muchos años trabajando para esta compañía viejo y
aquí lo único que he visto es ratas
Salamandra: Y
ratas es lo único que verás durante el resto de tu vida, rata.
Tramoyista
dos:
Juraría que escuché algo, pero espera te termino de contar, figúrate que al
principio se generó un gran estupor entre ellos dos, pero el director estaba acostumbrado
a la soledad y al enfriamiento de sus emociones, el hombre era también un
incomprendido, así que el silencio antes que ser incomodo, se instauró como un
rompe hielos entre los dos espectros, el taciturno personaje, cuenta la
leyenda, comenzó una amistad con el alucinado director y entre ambos montaron
algunas de las piezas más grandes de la historia del teatro, dicen que pronto,
se unieron a ese círculo otros espectros y que al final el director sólo creaba
obras de teatro para un público fantasma, pero todo terminó mal
Tramoyista
uno:
¿Qué?
Salamandra: Que
el pobre director terminó desfigurándose y pasó a formar parte de la irrealidad,
pronto se convirtió en un ente más o quizás sólo fue Zoltán quien le hizo
recapacitar y caer en cuenta de su categoría de fantasma y reconocerse como lo
que era, quizás eso fue lo que pasó
Tramoyista
dos:
Pues que el pobre director fue secuestrado por esa compañía espectral y se dice
que desde entonces el hombre vaga todas las noches por este teatro en búsqueda
del pasillo hacia el camerino real.
Tramoyista
uno:
Ja, ja, ja, que cosas dices, llevo años aquí y nunca escuché algo más descabellado
que lo que me acabas de contar, de verdad que llegarás lejos si sigues con esa
imaginación
Tramoyista
dos:
(Desilusionado y avergonzado) Mejor terminemos pronto de desmantelar esta
escena.
Tramoyista
uno:
Si, hoy te invito a cenar, tienes talento muchacho ven vamos
Tramoyista
dos:
Ok. (Salen ambos)
Salamandra: Quién
será ese chico, que extraña sensación. (Acaricia el árbol) Zoltán ¿cómo lo
lograste?, ¿qué hiciste?, dime, todos conocemos el conjuro, pero ¿cuál fue el
elemento que posibilito tu transformación, ¡oh!, si tan sólo el chico hubiese
podido hablar más, si tan sólo su mente se hubiese dejado llevar por el natural
lenguaje de los dioses, ¿por qué, por qué no puedo recuperar mi esencia?, ¿cuándo
me olvidé de ser?, ¿cuándo me olvidé de mi propósito?, si tan sólo tuviera tu
sabiduría Zoltán, si tan solo estuvieras aquí.
Voy a contarles mi verdad, ya
que escucharon a ese joven es hora de que yo también les hable de esta parte
de mi vida, la otra no la sé, quizás
morí en un incendió, quizás en este teatro, ¿quién sabe?
Sólo sé que desde que llegué
me obsesioné con una idea, desde que llegué he buscado al hombre, el que tiene todos los humores perfectamente equilibrados,
el elegido de mi raza, pero no lo he encontrado, llevo años acompañando esta especie que sólo se deja
llevar por su instintos. En este largo período sólo me he encontrado con leones
coléricos, monos sanguíneos, corderos
flemáticos y cerdos melancólicos. Más nunca la quimera. Me explico: Cuatro
son los temperamentos del hombre: el flemático, el
melancólico, el colérico y el sanguíneo. Pero en realidad estos vienen de sus
humores: linfa, bilis, nervios y sangre. El fuego ocasionaba la cólera o bilis
amarilla; por eso se caracterizaba por su calor o sequedad y correspondía a la
edad de la viril madurez y al verano. Con el agua se relacionaba la flema, que
era húmeda y fría, y se correspondía con la noche, el invierno y la ancianidad.
Al aire se refería la sangre, que era húmeda y caliente, y se igualaba con la
primavera, la mañana y la juventud. Por último, la melancolía o bilis negra,
que era seca y fría, hacía referencia a la tierra y se la relacionaba con el
otoño, el atardecer y el inicio de la vejez a los setenta años. Según recuerdo,
creo que algunas veces estos cuatro humores pueden fusionarse en un solo ser y
cuando esto sucede es posible lo imposible. Por eso a mi me encanta oler a los
hombres, los degusto, ellos exhalan lo que son, no pueden mentir, no pueden.
Pero
sucede que siempre me encuentro con débiles prototipos, es que todos están
repletos de problemas. Bueno, a decir verdad, no están repletos de problemas,
solo tiene siete problemas y nunca han podido con ellos. Se
dice que son siete los tipos existentes de problemas humanos, un ser cualquiera
puede tener problemas legales si roba su empresa creando un empleado fantasma
para recibir doble paga, dicho problema más bien parece ser de orden
sobrenatural ya que a quién diablos se le ocurre clonarse para ganar más plata
creyendo a boca cerrada que no le van a descubrir el clon, es un locura,
claramente su problema es psiquiátrico, dicha persona imagina a otras personas,
debe sufrir algún síndrome de la cabeza, un trastorno, una esquizofrenia, pero
en este caso su problema entra a hacer parte de los estadístico, su anormalidad
debe categorizarse y por lo tanto adecuarse a una serie de variables que puedan
generar rangos y patrones específicos para así poder modificar su conducta y
normalizar su caso, esto ya me parece todo un problema moral, imagínense
ustedes, uno queriendo adaptar a una persona
un entorno que lo oprime y lo obliga buscar una forma de salir desesperadamente
de sus propios problemas, es toda una perversión intentar dominar el
comportamiento humano, Dios no lo quiera pero esto ya es todo un problema
religioso, ya decía yo que no se debe robar porque es pecado, ¡bah!, pero si el
susodicho no cree en Dios, vaya problema subjetivo este, para mi que la
cuestión se basa no en locura sino en la mera agnosia, el pobre se le dificulta
sobrevivir en la vida, está discapacitado para ser normal y si había dicho que los problemas del hombre
son siete pues no sé como mencionarlos
cuando en realidad sólo veo uno,: el problema: Vivir.
Tramoyista
dos:
(Entra y mirando fijamente a la chica que se ha despojado de su vejez le dice)
Ya casi lo logras, sólo te falta el ritual, espérate, te traeré lo que
necesitas
Salamandra: ¡Ah!,
¿cómo pudiste verme?
Tramoyista
dos:
Calla, recuerda el silencio.
Salamandra: (Lo
mira y comienza entender las palabras
del chico, luego resignada espera que este termine con su tarea. El chico entra
y sale dejando alrededor de la chica los materiales para el conjuro. Cuando termina,
la besa en la frente y sale del escenario; fuera del escenario exclama) Suerte.
Buen viaje. ¡Ah!, se me olvidaba (Entra un perro negro mira el público, mira a Salamandra y le ladra, luego sale)
Baja el telón y sube rápidamente.
CUARTA
PIEZA:
Sala vacía, en el centro una
hoguera, alrededor dos montículos de piedra y un tazón con agua, La anciana se
va despojando de todas sus prendas y accesorios, cada prenda o cada accesorio
es también una vida, una personalidad oculta,
que descubre hasta llegar a la
chica del vestido de licra que roba cuadros, recoge los sacos de pétalos y sal
y comienza dibujar sobre la escena el conjuro, deja preparado todo como lo
muestra el dibujo anexo y se sienta frente a la hoguera.
Salamandra: Tengo
que realizar el conteo bien, no puedo fallar, es mi última oportunidad:
Uno: Pureza
Dos: permanencia
Tres: fuego
Cuatro: indestructibilidad
Cinco: deseo
Seis: Salamandra
Manantial
a ti clamo, abre tu boca de pozo sagrado, acógeme en la hora hierática para que
los suspiros ardan entre las llamas que te conjuran. Agrieta mis pezones hasta
develar mi carne, Postula mi nota bajo la cual vibro, mi número venerable y mi
nombre solemne para reconocerme fuego. Al– tannur, Piger henricus a ti ruego, Calcina
mis máscaras. Devuélveme a mi morada. A ti clamo thánatos, abrázame y
resucítame en el Eter. Dama Glasting, Tú que
gobiernas el ardor de las elevaciones, apórtame, conviérteme en mi elemental. (Baja
un gasa blanca, una luz se enciende en el proscenio, se prepara todo el
utilitario para proponer siluetas chinas, la mujer se arroja a las llamas, desaparee entre las llamas y vemos
ascender la silueta de una Salamandra hacia el aire, hacia la parte posterior
de la escena, el telón comienza a bajar)
Disposición
criptográfica del conjuro
Al frente estará lista la
sábana para proyectar las siluetas chinas.
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