03 enero 2008

TEORÍA DEL PARA-UTILITARISMO TEXTUAL.

Extracto del libro Inédito:
SOBRE
“EL GRADO CERO DE LA ESCRITURA”.

Propedéutica dialéctica.
Seguido de
“La teoría del Para-utilitarismo textual”
Capítulo noveno.

Autor: Zeuxis Vargas


TEORÍA DEL PARA-UTILITARISMO TEXTUAL.


“La cuestión esta en que pensar auténticamente es peligroso”
Oscar Wilde.


“Debo crear un sistema o permanecer esclavizado por los de otros”
William Blake.







El para-utilitarismo es la teoría de crítica literaria de método inductivo que se refiere a la creación textual observando a ésta como una díada subjetiva que se construye por medio del estilo y la forma. El para-utilitarismo busca estudiar psico-lingüísticamente los textos teniendo una posición exógeno-analítica ante la escritura del “otro”, o sea, un análisis que sea crítico a los intereses que produjo el texto en sí.


El para-utilitarismo es la teoría que convierte el texto no en un objeto instrumental que denota fines, interpretaciones y concepciones diferentes sino que lo observa como una necesidad-satisfacción subjetiva del lector, en esta medida el para-utilitarismo da cuenta de esas diferencias que se encuentran determinadas por el lector y su relación con el texto.


El para-utilitarismo difiere del texto como “órgano” y lo instala en otro texto como necesidad-satisfacción de y para, de esta forma deja el carácter de “medio” y se convierte en “voluntad” que hace posible la representación misma; el para-utilitarismo rechaza los métodos deductivos que representan posiciones cerradas de significación ya que por el contrario el para-utilitarismo busca es multiplicar los significados y contraponerlos contra la percepción propositiva que tiene el crítico sobre un texto.


El estudio del texto como necesidad-satisfacción del escritor no comunica fidedignamente esa necesidad-satisfacción, sólo parcializa significados y categoriza conceptos; en cambio el texto como lectura, representa, la necesidad-satisfacción que obnubila al lector y que lo lleva a ser cómplice y secuaz, en consentidor y modificador, en sujeto pasivo y en sujeto activo de la continuación e inmortalización de un algo nuevo que se pone en el mundo. El para-utilitarismo propugna por el predominio de la subjetividad en la objetividad que se mediatiza en la lectura, proporciona referentes de concepción y significación ofrecidos no desde el escritor, no desde el crítico, sino desde la necesidad-satisfacción que se promueve y se crea en cada lector.


La crítica para-utilitarista en este sentido esta conformada por momentos específicos de atención y reflexión. Es imprescindible que el crítico para-utilitarista “cosifique” la escritura como un algo que puede expresarse más allá de los signos lingüísticos.


El primer momento de una crítica para-utilitarista esta basado en la “lectura base” o “lectura de acercamiento”: este tipo de lectura es de tipo relacional; acerca dos desconocidos y los introduce en un lenguaje compartido que los dialoga y los hace dialogar, la lectura base debe mostrar en el lector aquella necesidades; impresiones que deben ser satisfechas a partir del estudio para-utilitarista.
Al reconocer esta necesidad-satisfacción que el texto demanda, el crítico pasa a una “lectura Blanco” en donde formula el interrogante o temas problémicos que serán tratados. Esta lectura blanco tiene un carácter orientativo que hace posible lo que se desea ya que postula la significación del nivel siguiente.


El nivel de la “lectura operacional” se distingue porque en él, el crítico o lector posiciona fines y usos a la lectura desde su necesidad-satisfacción, tales usos y funciones son proyecciones sintéticas de lo que se revela en la mediatización lectora.


Reconocidas la necesidades-satisfacción, el lector comienza una “lectura abierta” que es el nivel de proyección de hipotéticos que se dan desde el mismo texto a partir de los significados fórmicos: señales que deja el artista en su estética.


Identificados los fórmicos y la fórmica (estilo-forma) bajo la cual el escritor modifica su literatura, el crítico posibilita entonces sus hipótesis de representación de los “formables” (significados que nacen de la poesis y stilus) y postula diagnósticos de conceptualización sobre las señales, trazando relaciones entre los símbolos auténticos que devela el texto. La lectura abierta es de esta forma el último instrumento cognitivo que proyecta el crítico sobre el texto y que orienta la posterior creación crítica para-utilitarista.


Todo texto deviene de una fórmica (forma-estilo del escritor) que se posesiona sobre su literatura y que lo diferencia e identifica. La fórmica sin embargo se crea gracias a los biotipos conductuales (personalidades estilísticas) que se dan en el individuo, gracias a ello podemos identificar cinco biotipos fórmicos en toda creación artística:


El ciclotímico: creador práctico, realista y concreto.
Impulsivo: artista obsesivo ansioso y bastante pragmático
Introvertido: autor neurótico, simbólico y abstracto.
Hiperactivo: creador excesivo, maniaco-depresivo y sugestivo
Anulador: artista represivo, paranoide e impertérrito.


A partir de la identificación de la fórmica, los fórmicos y orientado según los formables el crítico comienza su escritura propositiva.


Tal ejercicio se da gracias a tres operaciones básicas intelectuales:


La primer operación es la de la “escritura proyectiva” que sintetiza y articula la lectura operacional con la lectura abierta. La escritura proyectiva forma el “esqueleto” de lo nuevo que se va a poner en el mundo. Esta operación estética reduce el número de “difussus” que pueden darse en la escritura.


Reconocido el “esqueleto” el crítico procede a realizar una “escritura criterial” la cual define los aspectos sobre los cuales se va escribir en el esqueleto a partir de una “personalidad estética” resultante de la objetividad, integridad y claridad que demande el texto estudiado.


Por último y para formalizar el producto de la crítica para-utilitarista el creador crítico comienza la “escritura anagónica” o sea aquélla que complementa el texto estudiado y a la vez individualiza el nuevo texto bajo una fórmica propia del lector-escritor sobre el escrito-leído. Toda creación para-utilitarista es un infra-lenguaje que se meta-textualiza y que recibe como nombre propio: “hiperésthesis” texto que muestra un algo más allá de la sensación.


La estructura para-utilitarista lingüista esta revelada así:


1. todo objeto de lectura en sí (a) es percibido aparencialmente (pa) y simplificado por una imagen (s) que da como resultante un significante, un símbolo (z).


2. toda percepción reflexiva (pr) unida a una representación grafica (rg) y a una representación fonética (rf) da como resultado un significado (x).


3. la díada entre significante (z) y significado (x) crea una convección lingüística (y).


4. la conversión fórmica se da gracias a la discordancia que se da entre la multiplicación o fragmentación de las convenciones lingüísticas (y) y entre la percepción propositiva, el formable (F) [i] que da como resultado definitivo el signo fórmico (Y).


La ecuación está elaborada de la siguiente manera:











El para-utilitarismo es una teoría de crítica literaria que representa al crítico como un creador auténtico que reconoce que “toda obra imaginativa tiene una conciencia de sí misma y es intencional”.[ii]


Por eso el para-utilitarismo reconoce que el crítico es quien inventa nuevas formas o como dijo Oscar Wilde: “para el crítico, la obra de arte, es simplemente, una sugestión para una nueva obra propia, que no necesita presentar de modo forzoso alguna semejanza evidente con la cosa que critica”[iii].


“La crítica autentica ─ para-utilitarista ─ no critica simplemente la obra de arte individual, sino la belleza misma y llena de maravilla una forma que el artista puede haber dejado vacía o no comprendido o comprendido de forma incompleta”[iv].
Notas



[i] el formable se da desde la poesis, desde la expressio del autor


[ii] El crítico como artista. Ensayos. Oscar Wilde. Colección Austral. Madrid, 1968.


[iii] Idem


[iv] Idem

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