27 marzo 2008

LA NOCHE DEVASTADA.

una verdadera obra, felicitaciones creador.!


A veces un disparo despertaba en la noche nuestro terror
entonces
nuestra carne como las colas de las zarigueyas
comenzaba a heder esplendente
ante la presencia asustada de los ojos
que aún no reconocían por cual esquina del pueblo
es que arreciaría la muerte con su tropa de lamentos.


El mundo entonces era una gran noche
tiritando entre el abrazo compartido
de seres sabiéndose espantados.
No había espacio para las lágrimas
prematuramente deshilvanadas
sobre la piel que comenzaba a tiritar
ni tampoco tiempo para despedirse
con un beso perpetrado sin hielo entre los labios.
Tan sólo estaba la inutilidad de la sombra
bregando a ocultar la taquicardia
puesta de improviso en las costillas
y un vaho de pánico
preparando el cuerpo para la quietud de los huesos.


Era todo entonces tan inservible
para el escondite de nuestras venas
hinchadas de familia.
La noche dilatada en el escalofrío de los árboles
y en el silencio de los grillos
parecía a veces reanudar su tierno cauce
de sueño y copula estrellada
mas regresaba el estertor de un mudo ruido
formando la corriente eléctrica del miedo
y entonces los labios invocaban el abrazo
de las alas franquicias más cercanas
a nuestros asolados estremecimientos.


El niño y el adulto eran
una masa informe de pavor y desmayo.
Nada entonces valía la pena
salvo una muerte rápida
sin ningún dolor entre las manos.
Se anhelaba la desaparición
como algo que al fin dejara
calmada la casa para siempre
y el último deseo era que
al cerrar los ojos todo por fin finalizara.


Esos momentos siguen respirando
en la piel que aprendió el color de los fantasmas.
A veces regresan con todo el tumulto de su espanto
como si empujaran el sueño
hacia el último despertar .

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