Esta hermosa película irlandesa del director Jim Sheridan narra la historia de un hombre obsesionado por ser normal, lo increíble es que esa perseverancia más que llevarlo al lado cotidiano y ordinario de las vidas de su pueblo lo catapulta a convertirse en un genio dentro de una familia que convive con una Europa en crisis.
Hoy podemos hablar de una Europa moderna que estuvo derruida y miserable, podemos imaginar a través de ese género de la Europa de entreguerras a un centenar de pueblitos desmantelados por el tedio, el miedo, la inocencia infantil y la crisis demencial de familias enteras empujadas a los más terribles riesgos con tal de sobrevivvir.
Jim Sheridan logró ser un develador de esta atmósfera, sus películas nombran un sello de una sombría etapa del viejo continente, lo denuncia, lo despelleja a través de historias que rompen el alma y nos pone a salmodiar palabras de rebeldía.
No hay ninguna forma de negociar con este director, o lo amas o terminas admirándolo como un gran creador de del realismo de la miseria europea.
Además está una de las mejores interpretaciones de Daniel Day-Lewis, un lujo de no creer.
Hoy por hoy el cine de Jim Sheridan ha evolucionado a conceptos más callejeros de la vida derrumbada por las emociones que produce el hastío de los encuentros y las relaciones, tal tesis la demuestran sus últimas incursiones: Hermanos o Get Rich Or Die Tryin' y aunque no podemos hablar de una involución, es indiscutible que sus tres primeras películas: en el nombre del padre, Mi pie izquierdo y El prado son el reflejo de un hombre entregado a la narrativa realista de los testigos de la memoria, al revisionismo de un estilo que sellaría su firma en el pedestal del cine maestro.
Mi pie izquierdo muestra cuatro de las técnicas básicas y supremas del director, mi pie izquierdo entonces se proclama no sólo como una forma de muestra del cine del irlandés sino de tesis sobre una figuración cineasta muy personal, las cuatro técnicas podrían resumirse de la siguiente manera:
1. el relato autobiográfico como esqueleto reproductor de una historia dramática
2. la atmósfera de estilo retro que evidencia la pre figuración de que el cine es un recuerdo no una evidencia
3. el juego emocional que se ve sustentando en escenas silentes aptas para la reflexión intelectual y que sugieren el pacto enfermizo y total entre espectador y cine
4. el giro adyacente a los finales que a pesar de la costumbre lineal logra dejar el sinsabor de que otra historia no hubiese sido posible, de que sólo esa que nos cuentan es a pesar del titubeo ulterior lo único posible en que se podía pensar.
Mi pie izquierdo es una película que habla sobre el arte de hacer arte.
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