30 junio 2011

GRELA DE LUPANAR


O casi un sentimiento porteño  



I


“Y yo se que quieres,
en bandoneón,
convertirte el corazón”.

Z. V. en su tango imaginado: “Lo que me contaste anoche”




En ti quiero
la nostalgia como un tango:
mujer que llegas de noche
a  la barra del cafetín.

Eres contraluz y caricia
Escuchando mi ilusión.  
- Pasión llevas de lunfardo. -
chamuya el tabernero
volviendo en tus ojos
a su “cuartito azul”.

Pertinaz haces surgir malevos
como si fueran a silbar
 y en el tablado crepita
las ganas de sentirte
que tiene un tal Gardel.

II


“El ambiente se viste de penumbra
como si fueran a despertar una milonga”.
Z.V. en su milonga: “Yira Quebrador”


En el muro donde Julio Sosa
vocifera  rotundo su canto
“Pichuco” parece brindarle
desde otro marco el arrabal.

Una garúa se nos mete en el pecho
hasta prender los faroles
y en un cuadro se multiplica la sala
donde boceta un varón.

III
“¿Que vestido te pondrás mañana mi bacana
para que vengan a cantarte los compadres?”
Z.V. en su tango inexistente: “Mate para dos que se soñaron”


Yo te susurraré la noche
para que puedas bailar
este sentimiento porteño
que me pone a vibrar.

Ya llegará Discepolín canturreando
“problemático y febril”.
Ya seguirá muñeca,
soñando y bebiendo
por ti el oriental:
porque quiero verte de corridas,
sentadas y quebradas
para sentir que tengo
el amor de un lupanar. 

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