22 mayo 2011

Vaciadero



La ciudad se va desmoronado

Haciendo obra y polvo entre los caños

Al final

Ves solo espuma,

solo pasto largo que oculta ratas y páramo dormido.

Luego

unos cuantos morros, unas canteras

unas calvas montañas hechas de tierra sucia

y sin algo de agua en su nostalgia

es lo que va quedando del saqueo.

La desolación es un tiro bien disparado

al final te quedas viendo un pequeño cuadro:

una casita con chimenea y riachuelo,

mucho verde e infancia entre las nubes

y el color parece el paraíso insistiendo en un camino

Pero estás del otro lado

en una caja de fósforos a punto de estallar

por la gripa, los zancudos y el ladrón que va abriendo

la puerta de cualquier pasillo desesperado en tu añoranza.

La ciudad siempre va muriéndose en lo marginal

hacia donde van las cloacas, las canciones populares

y los campesinos desplazados.

Algo igual parece reflejarte el espejo

Cuando asomas tus cinturones de miseria

Desde el mismo vaciadero de tu alma.

2 comentarios:

Felipe Donoso Suárez dijo...

Es verdad que la ciudad se convierte poco a poco en un lodo lento, en una alcantarilla con casas, calles, luces, familias rotas, desplazados, selva con ojos. Le comparto un link de una escena de la pelicula baraka que me trasmitió su poema http://www.youtube.com/watch?v=QJhVM930YXY.

Por cierto, me gusta el poema. Ese matiz cotidiano en la poesía, ese color urbano es lo que yo también ando buscando en mis poemas. !Adelante poeta!

Zeuxis Vargas dijo...

tienes toda la razón amigo