10 mayo 2011

LECCIÓN DE ANIMISMO.




Quiero traducir mi poesía
A la lengua materna de las nubes;
Que mi palabra sea un leño
al rojo vivo entre las llamas.

Dictar silencios como los hacen las luciérnagas
Puntada tras puntada de luz entre la noche
Y poner de farol
a una crisálida suspendida en la soledad;
refulgente de azabache y luna contra el tiempo.

Quiero que mi poesía
pueda arrullar en su nido a un polluelo;
ser el cuenco de paja y plumas
o un florecer de garzas en la tarde.

Quiero sentir escalofrío, ternura,
La cintura de una mujer hasta el fondo de los dedos.

Quiero reanudar el cuerpo,
Cualquier travesía impredecible cernida entre los sueños.

Quiero enarbolar un suspiro en el aire
Enlazarlo con la fusta esencial de mis nervios
O con la sangre residual que me navega
Pero apresarlo hasta propiciarlo amuleto entre mi ojos.

Quiero arriesgar una mano, una libra de sosiego
O la misma piel que me ofrecieron
Cuando apenas presumía
De este sabor de ser humano,
Entregarlo todo por salvar el viento,
Por amparar del cielo
a esta tierra prometida
que tengo entre tus labios.
Finalizar hasta comenzar de nuevo.

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