De la realidad nada sabemos
ni un pedazo de ella en nuestras manos
Pero hay irrevocables pretextos
acuerdos donde la música
sigue su tonada en el vacío
El sol se quema
se gasta al inaugurar la sombra
una siembra de objetos que hacen ideales
enfrentan y consuman su turno de silueta entre las cosas
Todo parece erguirse para escapar del lodo
y somos tan horizontales
como los crepúsculos
donde reverbera el tedio
Entran y salen por los días
individuos que intentan perdurar en la carne
Una noción
de alguien o algo que está fuera del tiempo
apenas si puede mantenerse con tantos en sí mismo
Abajo, donde se hace ceniza el reflejo
alguien nombra la fe como último recurso
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