10 septiembre 2011

El topo



El topo es una película de Alejandro Jodorowsky el gurú de la psicomagia, ese cuento que al parecer muy pocos creen. Este señor es un loquito que le dio por meterse con todos los conocimientos, enredarlos y después decir algo nuevo.

En la película El topo asistimos a una especie de recreación del cuento de El inmortal de Borges pero al mejor estilo Western, donde un vaquero le da por conocer la inmortalidad a través de una aventura onírica que se centra en su propio destino.

La historia cuenta las peripecias de este personaje que decide vagabundear por el desierto en búsqueda de un sentido para su vida y de hecho pues también de convertirse en el mejor gatillo del oeste.

El hombre la coge contra sus maestros y los va acribillando uno a uno, luego la película cambia de escenario y vemos como este héroe se convierte en troglodita y luego en mesías.

Repleta de símbolos, surrealista a más no poder, contagiada por fotografías digresivas y con un arduo trabajo narrativo, la película logra su cometido: confunde.

El topo es una de esas películas que uno debe ver muchas veces para sacarle jugo.

La película parece un cadáver exquisito que tiene como eje conductor al Topo. Es como un viaje al centro de las dislocadas ideas, sueños y pesadillas de este excéntrico personaje.

El topo puede diseccionarse en cuentos, puede servir como espejo, como portal de masonerías y cábalas, en fin, es una película que conlleva  una reflexión fantástica sobre el poder de la mente.

Para ver esta película hay que estar dispuesto al goce de las metáforas porque toda ella es una metáfora.

Además el final es loquísimo y nos deja con esa incertidumbre de qué es lo que quiso decir Jodorowsky  tras todo el tiempo que se la pasó como un vaquero loco vendiéndonos el cuento.

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