19 diciembre 2010

EL SINDICALISMO EN COLOMBIA Y VENEZUELA




EL SINDICALISMO EN COLOMBIA Y VENEZUELA:


Un análisis dialéctico, diacrónico e íntertextual a la propuesta sindical de Industria, realizada por Francisco Iturraspe en 1985 dentro del contexto actual .

CONTENIDO:

  1. INTRODUCCIÓN NECESARIAMENTE UNIFICADORA.
  2. LAS FUENTES HISTÓRICAS DEL SINDICALISMO COMO MUESTRAS FIDEDIGNAS DEL DESARRAIGO DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS.
  3. SINDICALISMO DE EMPRESA VRS SINDICALISMO DE INDUSTRIA.
  4. LA CREACIÓN DE LA PROPUESTA SINDICAL EN VENEZUELA COMO SALVAVIDAS DE LA CRISIS NACIONAL.
  5. EL CARÁCTER REFORMISTA EN LA PROPUESTA DE ITURRASPE.
  6. EL POR QUÉ DE LA DERROTA SINDICAL INDUSTRIAL EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI.
  7. RELACIONES Y DIFERENCIAS DEL MOVIMIENTO SINDICAL EN COLOMBIA Y VENEZUELA EN EL CONTEXTO DE MUNDIALIZACIÓN.
  8. PALABRAS FINALES.

EL SINDICALISMO EN COLOMBIA Y VENEZUELA:

Un análisis dialéctico, diacrónico e íntertextual a la propuesta sindical de Industria, realizada por Francisco Iturraspe, en 1985 dentro del contexto actual.

Uno de los frecuentes problemas en la compresión de nuestros sindicatos, es la excesiva “juridización” del Derecho Colectivo en que suelen caer algunos análisis académicos que parecen ignorar los procesos sociales que las normas laborales regulan.

Francisco Iturraspe[1].

  1. INTRODUCCIÓN NECESARIAMENTE UNIFICADORA.

El desarrollo histórico del movimiento sindicalista en Latinoamérica puede ser visto sociológicamente como un fenómeno mimético y inconformista; la evolución de la ideología sindicalista y de sus modelos, grados, estructuras, formas de incidencia pública, política y económica han sido comúnmente repetidas en México, Bolivia, Ecuador, Argentina, Venezuela, Chile, Colombia, Brasil, entre otros países, con resultados poco innovadores pero con la promoción de instancias que han generado cambios provocando coyunturas muy serias, tal es el caso de la USO o la UNITED FRUIT COMPANY en Colombia pero alejándonos de estás prácticas sus formulaciones teóricas y prácticas se han mostrado deficientes ante las crisis comunes que cada una de estas naciones ha sufrido.

El sindicato desde un concepto globalizador se ha estructurado en nuestros países como una asociación de carácter jurídico que representa los intereses y vela por las necesidades, derechos y deberes de una determinada clase social.

El “sindicato moderno al ser hijo de la producción económica industrial, modificó la identidad del trabajador independiente transformando a éste en un obrero o proletario”[2]. En esta medida el órgano sindicalista nació como representante de los intereses profesionales de los trabajadores (los del común) promocionando dentro de la conciencia colectiva el concepto optimista de una “asociación de trabajadores o empleadores, unidos con el objetivo de colaborar mutuamente para la realización de sus respectivos intereses de clase”[3]

Desde el convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la libertad sindical admitió dos acepciones: una genérica y política que expresaba el medio por el cual los trabajadores esperaban obtener igualdad frente a los empleadores y la otra acepción meramente profesional y jurídica que equivalía a un conjunto de derechos de los trabajadores frente al estado o frente a sus empleadores.

En este sentido los caracteres de los movimientos sindicales estaban determinados por lo voluntario, lo relacional y lo instrumental teniendo como enfoques precisos de su organización, la libertad individual de crear sindicatos y la libertad de sindicalizarse autónomamente.

Al parecer, desde este sentido, el movimiento sindicalista parecía acercarse a los verdaderos propósitos de un sindicalismo de masas que propendía por la solidaridad, por y para la clase que representase, teniendo en cuenta la unidad de tácticas y el aprovechamiento de experiencias

Sin embargo, su funcionalidad como organismo influyente en las decisiones y determinaciones importantes de los países y su activismo solidario representativo se ha inclinado por la rama sindical de empresa o base (horizontal) poco eficiente que escasamente sólo ha conllevado al pluralismo ideológico, al manejo indiscriminado del poder y por último al enmarañamiento estructural que no dejó homogenizar nunca puestas en común en cada uno de los países de América Latina.

No obstante, el fenómeno sindical, en países como Brasil, Argentina o México logró la consolidación nacionalista simpatizando por el surgimiento de preocupaciones comunes que bajo la rama sindical industrial (vertical) abarcaran mayores horizontes, este fenómeno, es claro advertirlo, fue también un hecho mimético que se fundamentó en las revoluciones sindicales de Norteamérica y Europa. Acontecimiento, diferente al que se llevó a cabo en países como Colombia y Venezuela donde las crisis dictatoriales condujeron paralelamente a la búsqueda de una formulación organizativa y estructural de los sindicatos que dieran prioridad mayoritaria al trabajador y no al empleador. El movimiento sindical en estos países estuvo estipulado por las tiranías y por los desfalcos económicos que conllevaron a dichas naciones hacia un oscurantismo sólo comparable con la Ley Chapelier de 1791 que sepultó el sistema corporativo y afianzó el individualismo. Es a partir del 1958 en Venezuela y a partir del surgimiento del Frente Nacional en Colombia, cuando los sindicatos advertidos de su involución comienzan a generar propuestas que intentando ser innovadoras fallan, siendo derrotadas por las olas neoliberalistas y globalizantes.

Quizá debido a esto es Jacques Lambert, refiriéndose al sindicalismo en América dijo: “No pueden considerarse todavía como sindicatos de masa; continúan siendo frágiles y, en la mayoría de los casos ligados a movimientos políticos”[4].

Tal afirmación por lo tanto nos conlleva como lectores de una realidad y observadores de un sujeto social, como lo es el sindicato en todas sus acepciones, a presentar el presente texto a partir de una base dialéctica que comunique los aciertos y desaciertos que diacrónicamente (tiempo-espacio) conllevaron y conllevan a ver a estos movimientos de forma difusa y hasta peligrosa. Para ello el documento del profesor Iturraspe[5], junto con otros textos serán los invitados intertextuales que hagan posible la declaración histórica de lo sindical y las preguntas y respuestas de debate que este organismo ha conllevado en su evolución.

  1. LAS FUENTES HISTÓRICAS DEL SINDICALISMO COMO MUESTRAS FIDEDIGNAS DEL DESARRAIGO DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS.

Los escasos datos que se logran extraer de las diferentes fuentes históricas, en este caso, facilitadas y descritas en su tesis: Sindicatos de Industria, por el doctor Neguib Fernando Abisambra,[6] permiten observar que los sindicatos en Latinoamérica nacen como una emancipación huelguista de los artesanos a principios de siglo y que, por lo demás estos organismos son de carácter netamente gremial.

En su efecto, los movimientos sindicales recogen los intereses particulares de un grupo específico de zapateros, tejedores, orfebres, entre otros, buscando exigir mejores sistemas de trabajo y vida al Estado, sin embargo el trasfondo es más preocupante, lo que verdaderamente se procura es la realización y configuración de sindicatos como tal, que representen ante la comunidad internacional y ante el Estado la necesidad de su legitimación dentro de los ambientes político-sociales que se vivían en Latinoamérica.

La aparición de los sindicatos gremiales hace posible, la enunciación de un nuevo tipo de organización jurídica en los países recién independizados, lo que obliga a que sus gobernantes comiencen a reflexionar sobre leyes que permitan su desarrollo y libertad de agrupación ante la sociedad y que en igual medida no entorpezcan los asuntos políticos.

Es hasta la década del 1930 cuando los grupos sindicales van tomando fuerza y por ende se van cohesionando y estructurando bajo figuras jurídicas más representativas, nacen las Federaciones, las Confederaciones y los Sindicatos Locales y Regionales. Cada país empieza su evolución sindical verdadera a partir de aquellos organismos sindicales que aceptan unirse a reglas internacionales de trabajo como la CIOSL (Federación Internacional de sindicatos cristianos), la OIT, la AIT (Asociación Internacional de trabajadores, entre otros.

Esta nueva fusión se decanta como fenómeno político-social entre los años 30 y 40 del siglo XX, a excepción de algunos países como Argentina, con su trayectoria sindical de 90 años de evolución que establece a partir de 1903, la configuración de un cambio estructural sindical que se basara en la rama económica o de Industria, dejando a un lado el sindicato de Empresa. Con esta revolución, países como Paraguay, Bolivia y México logran entre 1905 y 1910, reproducir el fenómeno Argentino.

Tardíamente, Chile, con la creación de la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH) en 1936, México con su Confederación de Trabajadores de México en el mismo año y Venezuela con su Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) también, en 1936, (que se estableció legítimamente en el 48), logran reanudar y reconceptualizar los propósitos sindicales que en un primer momento sólo se basaron en un sindicato de base que atendía a intereses de empresas.

El fenómeno internacional logra su auge sólo en 1938 con la creación en México de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL). En Colombia, los movimientos sindicales, logran su fusión internacionalista hasta el 45 y sólo a partir del decreto 1952 del 61 es que el sindicalismo colombiano toma un puesto importante en las decisiones político-sociales de nuestro país. Pero en Colombia el sindicato de base, es también el organismo más preponderante, lo que de una u otra forma sólo muestra es un estancamiento ya que dichos grupos poco pueden influir en las deliberaciones del Estado y más bien el Estado es quien regula y determina sus radios de acción.

Todos los países latinoamericanos sufren una crisis económico-política a mediados de siglo que hace estremecer a los dirigentes sindicales, ya que se presenta una tasa de desempleo y de abuso salarial debido a las deudas externas que cada país tiene. Este fenómeno, por lo demás, históricamente necesario, es el que establece las reconceptualizaciones sindicales que siguen hoy en día, en un proceso ya no hacia la configuración sindical industrial sino hacia un cooperativismo globalizante.

  1. SINDICALISMO DE EMPRESA VS. SINDICALISMO DE INDUSTRIA.

Para comprender la transición que Venezuela y Colombia, más tardíamente, quisieron realizar de su sindicalismo de Empresa al de Industria, es necesario primero establecer el orden jerárquico existente que se da en los sindicatos para de esta forma entrar a discutir las importancias del uno y del otro.

En primera medida los movimientos sindicales, como todo organismo jurídico, contienen un orden o jerarquía que hace posible su accionamiento, y que se basa en grados. Los grados están establecidos de inferior a superior así:

Sindicatos de primer grado:

· los de base

· los de Industria

· los gremiales

· y los de oficios variados

Segundo grado:

Las Federaciones (donde entran o se afilian los de primer grado)

Tercer grado:

Las Confederaciones (integradas en su mayoría en Latinoamérica por las federaciones)

Esta jerarquía además tiene una organización específica en cada grado que hace posible su funcionamiento como sindicato o grupo sindical así:

Organizaciones de primer grado:

Organizaciones de segundo Grado:


Organizaciones de tercer grado:


La jerarquía y los cuadros de organización nos permiten observar que aunque los sindicatos de base y de industria pertenecen a un mismo grado en su clasificación organizativa, las confederaciones los aceptan por separado ya que cada uno de ellos determina una función específica así:

SINDICATOS DE EMPRESA O BASE: Son el organismo sindical predominante en toda Latinoamérica. Están formados por individuos de varias profesiones u oficios o especialidades que prestan sus servicios a una misma empresa, establecimiento o institución, ejemplo: Sindicato Nacional de Trabajadores de la General Motor’s (SNTGM) o el Frente de Trabajadores Copeyanos (FTC, fracción sindical de COPEI)

SINDICATOS DE INDUSTRIA O RAMA ECONÓMICA: Están formados por individuos que prestan sus servicios en varias empresas de una misma rama industrial, los cuales presentan un pliego de peticiones único para la industria y cuya resultante es una convención única aplicable por disposición a todos los empresarios y trabajadores de determinada industria tales como: agricultura, caza, selvicultura y pesca, explotación minera, electricidad, gas y agua, entre otros, un ejemplo es: la Unión Nacional de Empleados Bancarios (UNEB)

Ahora bien, la diferencia e importancia de los sindicatos de industria sobre los de base, radica en que los de industria inculcan en la masa obrera una disciplina industrial llegando a obtenerse niveles altos de productividad, sin embargo en la tesis de Luz Elena Yerpes y Jorge Manrique Villanuvueva que se titula Estructura Sindical, observan que el sindicato de industria es casi imposible que se de en Latinoamérica debido a que “no existe la industria desarrollada en Colombia que justifique la existencia de un sindicato de industria”[7].

4. LA CREACIÓN DE LA PROPUESTA SINDICAL EN VENEZUELA COMO SALVAVIDAS DE LA CRISIS NACIONAL.

En el caso particular de Venezuela la evolución de los movimientos sindicales se vio arduamente interrumpida, al igual que el resto de los países latinoamericanos, por las insistentes distracciones y arbitrariedades de sus presidentes. El deterioro eventualmente se debió a, como afirma Steve Ellner, “una fragmentación y estructura descentralizada, en parte debido a las leyes que desestimularon o prohibieron la creación de sindicatos nacionales.”[8]

Con el derrocamiento del dictador militar Marco Pérez Jiménez, el sindicalismo entra en un nuevo auge debido a su incidencia dentro de la política del país, Venezuela intenta recuperarse de su crisis y logra un equilibrio moderado hasta el 80. Sindicatos como el CTV Confederación de Trabajadores de Venezuela (pluripartidista, con hegemonía socialdemócrata), COPEI Comité de Organización Popular Electoral Independiente (partido socialcristiano), el AD, Acción Democrática (partido socialdemócrata) y la URD Unión Republicana Democrática (centrista) comienzan una unificación de partidos políticos que a finales de 1970 entran en un proceso bipartidista donde COPEI y el AD mantienen una guerra ideológica insensata que fue aprovechada por el dirigente izquierdista de una de las ramas sindicales del COPEI, el abogado Herrera Campis quien en su mandato (1979-1984) produjo la mayor situación económica dramática que perjudicó las aspiraciones copeyanas del 83. Con el acontecimiento denominado como el “viernes negro” ocurrido el 18 de Febrero del 83, la inflación que sufrió el país venezolano alcanzó un tope máximo, en un día, del 75% de pérdidas del capital bolivariano que demostró la falta de conocimiento por parte de los partidos sindicales dentro de la política del país.

La desunión comienza su trayectoria dentro de los organismos sindicales afectando a unos y otros. Esta situación lleva a que un sinnúmero de pensadores venezolanos promulguen propuestas sálvicas que saquen al país de la crisis en la que entró a causa del combate irrisorio de los sindicatos.

En el año 82 la crisis llega a tal alarma que personajes como Francisco Iturraspe junto con Julio Barreto se ven en el compromiso patriótico de generar una propuesta que homogenice la desunión entre los sindicatos y propugne más bien por un sindicalismo nacionalista. Ese año sale a circulación el documento “El sindicato Nacional por rama de Industria en Venezuela” como proyecto mesiánico. Este proyecto muestra no sólo un diagnóstico preocupante sino que revela la necesidad que todos los partidos sienten pero que no efectúan debido a que “los representantes sindicales locales terminarían perdiendo privilegios sociales, políticos y económicos con el nuevo sistema, perdiendo también las llamadas “costas contractuales” que eran dineros que se guardaban en las contrataciones colectivas”[9].

Ya en el 80 la CTV en su VIII congreso había declarado en su manifiesto Porlamar la necesidad de un sindicato por rama industrial y desde ese momento enfatizó la necesidad de un debate sobre “organización y estructura sindical” pero tras la muerte del dirigente sindical José Vargas no sólo declina el movimiento sindicalista sino el resto de organismos sindicales del país.

En el 84 tras la desconfianza producida por el presidente Herrera partidario del COPEI, el AD toma el poder por medio de representante político Jaime Lusinchi, quien proclama la decadencia, casi absoluta, de los movimientos sindicales denotando este periodo que va hasta finales de los 90 como periodo venezolano “puntofijista”[10]

Con la llegada a la toma del poder de Lusinchi y la crisis económica consecuencia de la situación internacional (caída de los precios del petróleo), la inflación y la fuerte deuda externa, Iturraspe se ve en la necesidad de generar una propuesta, casi latinoamericana, que dé soluciones efectivas y rápidas al deterioro político social de Venezuela.

  1. EL CARÁCTER REFORMISTA EN LA PROPUESTA DE ITURRASPE.

En este sentido el profesor Iturraspe a través de su documento[11] expone una propuesta de cambio estructural del sindicalismo venezolano a partir de un proceso sistemático que aunado a un diagnóstico histórico-problémico propende por la creación de un nuevo modelo orgánico sindical.

Su primer paso es generar una toma de conciencia de la necesidad de modificar la estructura sindical, para ello se refuerza en el manifiesto Porlamar y en el anteproyecto de ley de 1960. Su segundo paso es el de demostrar a través del diagnóstico los déficits actuales de la estructura exponiendo problemas tales como:

1. reducción en la base de afiliación

2. desnivel regional

3. debilidad orgánica

4. subdesarrollo tecnológico

5. falta de formación sindical

Sin embargo estos numerales que se exponen como diagnóstico también en algunos casos son demasiados atrevidos, tal es el caso del déficit que muestra en la “falta de administración sindical”. Al parecer el autor olvida que a partir de 1958, aunque el movimiento sindical entra en crisis, es justo en ese momento y durante todo el período “puntafijista” donde los dirigentes sindicales se consolidan en ideas de reconceptualización y de cambio de estructura.

Después del diagnóstico y su propuesta de ponerlo en discusión a través de una difusión democrática, al autor le parece pertinente crear algunos objetivos para el diseño de la nueva protesta, entre los más llamativos de su documento encontramos:

1. Expandir la tasa de sindicalización

2. Ampliar la implantación sindical

3. Optimizar la democracia sindical

4. Darle fortalecimiento económico a los sindicatos

Todo esto con el fin de aumentar el poder social de los sindicatos en Venezuela.

Su siguiente paso es el de plantear los “insumos” de la nueva estructura y procedimientos que la componen. Sin embargo en este apartado sólo se dispone a revelar un proyecto ya elaborado en el XII congreso de la CTV y que expone como arquetipo definitorio de los sindicatos por rama de industria.

Su concepto de un sindicato nacional de Industria se justifica ante el de empresa como una organización de primer grado que puede afiliar a los diferentes trabajadores de determinada rama de producción.

Tal acontecimiento convierte a los sindicatos por empresa en comités de empresa de un sindicato nacional. Su último propósito es el de implementar, como órgano máximo de conducción a nivel nacional, un congreso de trabajadores de la rama de actividad correspondiente.

En conclusión, la propuesta del profesor Iturraspe “combina la centralización sindical con un saludable grado de autonomía para cada uno de los escalones que lo conforman, evitando una monopolización del poder sindical financiero y político por alguna de las instancias”[12]

El único problema con el que se encuentra el exponente es con la tarea de agrupar por ramas de actividad económica los distintos sindicatos. Dejando a un lado este inconveniente con el que se encuentra el autor, la propuesta es de un carácter netamente reformista y unificador, busca homogenizar los sindicatos venezolanos y generar la creación de sindicatos nacionales por rama de industria”[13]. En pocas palabras, su proyecto como él mismo lo afirma años después “se trataba de un proyecto democratizador de fortalecimiento del movimiento sindical. Ese era un movimiento sindical que si bien estaba partidizado le hacía propuestas al Estado, no era parte de él”[14].

6. EL POR QUÉ DE LA DERROTA SINDICAL INDUSTRIAL EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI.

Pero el proyecto “fracasó en parte porque el movimiento sindical no pudo reorganizarse ni acumular fuerzas para imponer su propuesta, en parte por los cambios económicos y políticos nacionales y globales”[15]. La propuesta se vio inmovilizada por “las propias limitaciones del sindicalismo en su crisis política y su relación de comunicación con la sociedad en general y con los trabajadores en particular y por las limitaciones teóricas y metodológicas”[16].

A demás, durante la presidencia de Lusinchi el esquema de empleo generó una falsa recompensa y tranquilidad, las cúpulas sindicales se fueron metamorfoseando en partidos seguidores de ideas políticas y por lo tanto se estancaron. La quiescencia ulterior de los movimientos dio para que el gobierno los corporativizara. Pero la parte más crítica de la derrota fue cuando el presidente Pérez ignora completamente el “buró sindical”, así los esquemas de mundialización secretamente entran a modificar todo el aparato sindical que buscaba homogenizarse.

Este crudo proceso termina con el gobierno de Rafael Caldera, con su programa la “concertación social” que disfrazó todo un aprovechamiento de las arcas del Estado que fue desmantelado tímidamente, sin nunca saberse quién había representado a quién.

“La participación sindical fue patética, "intervenida" también por las promesas de un crédito para la formación sindical, las expectativas de montar sus propios negocios provisionales y la participación como asesores sindicales de "expertos" con una lógica "desreguladora" que asumían "tecnocráticamente" la representación de los trabajadores sin el mínimo mecanismo de participación real de las estructuras sindicales y, mucho menos, de los trabajadores”[17] conllevó finalmente a la derrota de las propuestas por un sindicato nacional homogéneo de rama industrial.

  1. RELACIONES Y DIFERENCIAS DEL MOVIMIENTO SINDICAL EN COLOMBIA Y VENEZUELA. EN EL CONTEXTO DE MUNDIALIZACIÓN.

Parece que la historia se repite siempre, aunque tenga roles y actores diferentes, al parecer, ese es el caso de Colombia y de Venezuela.

Los sindicatos en estos dos países comienzan siendo meros gremios que agrupan artesanos preocupados por su labor que el estado busca emplear. Luego viene un periodo de auge sindical que se da entre 1920 a 1950; el 7 de agosto de 1936, nació la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC. Fecha similar al natalicio del CTV en Venezuela. En este período López Pumarejo, por un lado, a pesar de las masacres masivas de las bananeras y otras problemáticas, se da en fortalecer, como en el caso de Venezuela, a los sindicatos, aprovisionándolos de un cuerpo jurídico que satisfaga su búsqueda de autonomía y libertad.

Sin embargo, las dictaduras y las crisis económicas entran en juego deteriorando en su camino los organismos y estructuras sindicales, tal es el caso del 58 en Venezuela y el de Lleras Restrepo con el Frente Nacional.

Tal periodo que se le denominó en Venezuela como puntofijista, en Colombia se conceptualizó bajo la crisis del Frente Nacional donde se llevó a cabo el más grande abstencionismo y vejación de los derechos y libertades organizativas.

Los años 80 entran en el panorama colombiano con la misma preocupación venezolana de homogenización sindical, tal es el caso el IV Congreso de Julio de 1983 que buscó aprobar e iniciar el proceso unitario para conformar la Central Unitaria con criterio amplio, democrático, clasista y pluralista. Pero en mayo de 1984, el XX Congreso de Ibagué, desnuda los vicios de un sindicalismo clientelista, burocrático y un accionar distante de los intereses de las clases.

Así llegamos a la década final del siglo bajo la mayor persecución dada en la historia de la patria a los sindicatos y sindicalistas, una verdadera inquisición que aún no termina, ANNCOL denuncia así este vejamen y delito político:

[Mark Smith, ANNCOL] Desde el 1º de enero de 1991 y hasta el 1º de agosto de 2005, fueron cometidas 7.666 violaciones a los derechos humanos de trabajadores sindicalizados en Colombia.

Cerca del 85% de esas violaciones contra la vida y la libertad de los trabajadores tienen como causa el ejercicio de la actividad sindical, según Domingo Tovar Arrieta, director del departamento de Derechos Humanos de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Colombia. Esos números salen de un informe divulgado por el director, basado en los datos de la Escuela Nacional Sindical (ENS).

Según el director, de las 7.666 violaciones registradas, 5.077 no tuvieron sus responsables descubiertos; solamente el 33,7% de los casos tienen pistas sobre los autores de las violaciones, lo que revela una continua y sistemática ocultación de los responsables. Desde 1991, 2.150 trabajadores sindicalizados fueron muertos, 3.035 fueron amenazados de muerte y 182 están desaparecidos.

-El uso de la violencia contra el movimiento sindical en Colombia es una de las caras más características de la historia del sindicalismo en el país. Su prolongada presencia y astuta manifestación llevaron al sindicalismo a una dramática y alarmante crisis humanitaria; para nadie es desconocido que Colombia se convirtió en el lugar más peligroso del mundo para realizar el ejercicio de asociación sindical-, dijo Arrieta a la agencia ADITAL.

Según Arrieta, la Ley 975, conocida como -Ley de Justicia y Paz-, aprobada este año, puede convertirse en un instrumento útil para perpetuar la impunidad de los asesinos.

El Estado no sólo es responsable de la violencia contra el movimiento sindical, sino hasta hay casos en que las víctimas son transformadas en culpables, como los sindicalistas muertos en agosto de 2004 en Arauca. Declaraciones de representantes del gobierno hicieron creer que los sindicalistas habían muerto en combate con guerrilleros, pero las investigaciones comprobaron que fueron sacados de sus casas y asesinados.

Sindical
08.12.2005[18]

8. PALABRAS FINALES.

Al parecer los movimientos sindicales están destinados, quizá a desaparecer, a lo mejor se transformarán en eso que tanto desea nuestro presidente, en unas organizaciones corporativas interesadas en las necesidades de las clases obreras, sin embargo, no podemos negar que aún falta mucho para que el sueño del profesor Iturraspe se llegue a dar. Aunque actualmente las condiciones prometen un desarrollo eficaz para la creación de sindicatos industriales, se observa claramente que no está aún en sus manos el poder para evolucionar hacia el campo nacionalista de rama económica.

Tanto en Venezuela como en Colombia, los sindicatos están en lucha abierta con sus dirigentes. En Venezuela se habla desde la llegada de Chávez al gobierno, de un período bolivariano o chavista- que ya varias veces ha sido afrentado por comunidades y organizaciones internacionales, la BBC en el año 2000 el jueves 30 de noviembre publicó una nota donde el sindicalismo internacional pedía aislar a Venezuela; según Chávez los sindicatos en Venezuela están bajo las órdenes de corruptos, por eso su lucha concentrada hacia estas organizaciones; por otro lado en Colombia después de la masacre de quince años, el gobierno de Uribe Vélez, también ha mostrado la misma conducta de exclusión a los sindicatos, es así, como en la ponencia del señor Michael Frühling director de la oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el foro social mundial temático: “democracia, derechos humanos, narcotráfico y guerra” realizado en Cartagena de Indias el 17 de junio de 2003 expuso que “ la situación de la libertad sindical en Colombia preocupa a los órganos internacionales de derechos humanos la situación de la libertad sindical en Colombia constituye una de las áreas de especial preocupación para la comunidad internacional. Sobre las dificultades que hoy rodean en el país el ejercicio, el goce y el disfrute de esa libertad se han pronunciado, entre otras autoridades internacionales, la Organización Internacional del Trabajo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión de Derechos Humanos de la misma organización”.

Esperemos simplemente que las masacres no prosigan, que nuestros dirigentes detengan a las personas que equivocadamente observan en los sindicatos organizaciones revolucionarios o terroristas.

Sólo nos basta esperar que ante la nueva tendencia globalizante los gobiernos por fin acepten la rama de sindicalismo industrial porque finalmente “el sindicalismo es una institución social importante que debe ser tenida en cuenta, no puede pensarse en el movimiento sindical como en una amenaza puesto que si logra desarrollarse dentro de los marcos legales contribuye enormemente al progreso social”[19]

BIBLIOGRAFÍA:

Libros y documentos del autor analizado:

· Iturraspe Francisco. Aspectos Técnicos y jurídicos del cambio de estructura sindical (hacia los sindicatos nacionales por rama de actividad). Caracas Agosto de 1985.

  • Iturraspe Francisco y Barreto Julio. El sindicato nacional por rama de industria en Venezuela. Diagnostico y proposiciones. Instituto latinoamericano de investigaciones sociales (ILDIS) Caracas 1982
  • Iturraspe Francisco. Sindicalismo venezolano en el contexto latinoamericano de la mundialización: ¿transición del "puntofijismo" al "bolivarianismo" o reinvención del movimiento sindical?

Libros de consulta:

· Yepes Luz Elena, Manrique Villanueva Jorge. Estructura Sindical: alcances y perspectivas. Universidad del externado, Bogotá 1996

  • Lambert Jacques. América Latina. Ediciones Ariel. Barcelona 1973 pag 336-337.
  • Neguib Fernando Abisambra. Sindicatos de Industria. Universidad Javeriana, Bogotá, 1979, Tesis doctor Ciencias Jurídicas y socio-económicas

· Steve Ellner. El sindicalismo en Venezuela en el contexto democrático (1958-1994). Fondo editorial tropykos. Universidad de Oriente. Caracas 1995

  • Suárez Orjuela Rafael Ernesto. Organización y funcionamiento de los sindicatos en Colombia. Colección ensayos. Universidad Autónoma de Colombia 1994 Bogotá

Entrevistas:

· Entrevista a Arturo Tremont con opiniones de Juan José Delpino. 16 de Octubre de 1986. Caracas. Juan José Delpino Ex presidente del CTV. “la modernización del movimiento sindical” en CTV: 50 años de historia.

Portales de Internet:

NOTAS Y REFERENCIAS.


[1] Investigador de la Universidad Central de Venezuela UCV- Se ha desempeñado como asesor de organizaciones sindicales y cooperativas en Argentina, Perú y Venezuela y docente en Economía y Derecho del Trabajo y estudios del ambiente y la salud laboral.

[2] Yepes Luz Elena, Manrique Villanueva Jorge. Estructura Sindical: alcances y perspectivas. Universidad del externado, Bogotá 1996

[3] ibid

[4] Lambert Jacques. América Latina. Ediciones Ariel. Barcelona 1973 Pág. 336-337.

[5] Francisco Iturraspe. Aspectos Técnicos y jurídicos del cambio de estructura sindical (hacia los sindicatos nacionales por rama de actividad). Caracas Agosto de 1985.

[6] Neguib Fernando Abisambra. Sindicatos de Industria. Universidad Javeriana, Bogotá, 1979, Tesis doctor Ciencias Jurídicas y socio-económicas.

[7] Yepes Luz Elena, Manrique Villanueva Jorge. Estructura Sindical: alcances y perspectivas. Universidad del externado, Bogotá 1996

[8] Steve Ellner. El sindicalismo en Venezuela en el contexto democrático (1958-1994). Fondo editorial tropykos. Universidad de Oriente. Caracas 1995

[9] Entrevista a Arturo Tremont con opiniones de Juan José Delpino. 16 de Octubre de 1986. Caracas. Juan José Delpino Ex presidente del CTV. “la modernización del movimiento sindical” en CTV: 50 años de historia.

[10] Acepción dada a la crisis sindical y al bipartidismo sindicalista en Venezuela después del derrocamiento del 58 de Marcos Perez hasta la llegada de los noventa donde se comienza el proceso bolivariano. Fuente tomada de el texto “Sindicalismo venezolano en el contexto latinoamericano de la mundialización: ¿transición del "puntofijismo" al "bolivarianismo" o reinvención del movimiento sindical? Por Francisco Iturraspe.

[11] Francisco Iturraspe. Aspectos técnicos y jurídicos del cambio de estructura sindical (Hacia los sindicatos nacionales por rama de actividad). Agosto de 1985

[12] Ibid

[13] Sindicalismo venezolano en el contexto latinoamericano de la mundialización: ¿transición del "puntofijismo" al "bolivarianismo" o reinvención del movimiento sindical? Francisco Iturraspe.

[14] Ibid

[15] Ibid

[16] Ibid

[17] Ibid

[19] Neguib Fernando Abisambra. Sindicatos de Industria. Universidad Javeriana, Bogotá, 1979, Tesis doctor Ciencias Jurídicas y socio-económicas.

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