03 enero 2008

VERDADERA INSURGENCIA



(Tema para ser pintado a puñetazos)


Su flácida lengua se escurría por la barbilla,
dos veces hecha más lengua,
casi, hasta donde las elevaciones también,
de sus antes duros senos,
se empezaban a podrir.


No dejaron pezones,
mas sí,
unos balines de escopeta incrustados
en los agujeros de las aureolas.


La piel,
quizás muy roja y amada
de las palmas de sus manos
había sido despellejada
y trozos de bruma,
revistiendo la carne escaldada,
tuvieron que ser, después,
removidos con gasolina.


Todo el cuerpo había sido
pellizcado con un cortaúñas
y el cabello se lo habían grafilado
con los caninos de un perro enfermo de rabia.


Le magullaron las muñecas
y los tobillos con cadenas,
dejándole un atenazado dolor
de anillos amoratados.


En las piernas,
demasiados hematomas azulados,
comenzaban a fermentarse.


Las plantas de los pies
fueron cocidas con incendiadas
colillas de cigarrillos
y en algunas pústulas,
voraces gusanos de mosca
se retorcían emergiendo.


Le extirparon el clítoris
y posiblemente la violaron
mientras le arrancaban
los vellos del pubis a manotazos.


Desenterrada, después de tres días,
con un verdoso podrido entre las vísceras,
la adolescente cara de la guerrillera
era, aún, más hermosa.


Encontramos un beso,
respirando entre sus labios.

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