18 abril 2011

Insomnógrafo dictando poemas a su Mnemósine




A veces me levanto y anoto charcos de luz entre la noche
Otras los olvido entre las alas de los pájaros luminiscentes que vienen de grito
Imagino una máquina capaz de escribir mis pensamientos
Una grafía garfio de zarpazo en la maleza
Espigas de agujas pariéndose
Doradas, girasoles hacia la noche
Enlunada en lunáticas lunas de espejos congelados.
Proximidad de un recuerdo
Abisma mi pupila
Como un pájaro en las manos equivocadas.
Señal de gorigoris
Procesión de buses hacia la vigilia.
Ella espera la llamada de la voz que rasguña
Y el sueño se abre como una flor ebria.
Encima la tierra devela a mis huesos dormidos
La gana de silbar una vocal hasta mutarla en color
Mi máquina soñada escribe silencios
La invisible letra del pájaro,
El sueño de la crisálida,
Mi caída en el sueño.
Nada me duerme
Un puño dicta la razón de la noche
Me vacío en objetos
Que ladran y aúllan como poemas
Cancerbero
Me echo sobre la memoria funámbula
Sobre el aquelarre de mi infancia
Con sus niños jugando crueles con los espantos
Y gruño
Mientras la máquina a manotazos me saca el alma
Y la pone desnuda entre las letras.
A veces son necesarios los sacrificios
Levantarse con un puñal de remordimientos en las manos
Llevar hacia el espejo los ojos salvados del naufragio
Y sonreír
Al hombre espantado que agoniza en el espejo.

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