13 septiembre 2011

A SU GUSTO (CASI UN ADAGIO)



A veces se me salen lágrimas
luciérnagas que quisieran arrullarme como si fueran besos
otras soy un menudo lío de somnolencias
buscando un poco de abismo entre los sueños.

Se que tengo un inventario vago,
sorpresas que fueron poniéndose pálidas
y otras tantas cosas que se deshicieron como si fueran lluvia.

Tras un tiempo me ha quedado la certeza de este cuerpo envejeciendo,
el resentimiento de una mente cada vez más lúcida y sin boleto de regreso
y la punzada de un corazón que augura su explosión entre mis huesos.

Que poco me ha quedado tras entender el miedo
y sigo siendo huraño a la familia y a la gana de ser parte de un festejo.

Hay días en que me duele el pecho como si alguien estuviera apuñalando el cielo,
son asfixias que me llegan tras saquear todo lo que pude ser y fue perdido.

Una música profunda acaudalada en tambores y flautas
a veces me empuja ensueños
es como si fuera una mascota
que busca sacarme de esta depresión total y dueña.
Pero es que a veces se me salen lágrimas de solo pensar que puedo
y sin embargo llega una mosca algo sin vergüenza
a saborearse las patas en mis labios como si de verdad  supiera. 

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