29 junio 2011

PARA ENTENDER LA ANHEDONIA




Me ha sucedido lo peor del mundo
Se me ha empezado a envejecer el alma.

Seré rotundo:
Llena de algas y medusas, de aguamalas y  arena
Semeja un galeón naufrago que va a la deriva
Esperando vararse como un podrido tronco al borde de la arena.

Es que vivir de pronto teniendo la total certeza de todo
Es como empezar a morirse
sin siquiera esperar a Dios para despedirse como es debido.

Es como salir a caminar por el barrio
Y llevar esa cara de dónde me suicido que estoy de miedo.

Me aprendí bien las palabras que nunca me sirvieron
Para explicarme esa sensación de sentirme incómodo en el mundo
Y busqué un oficio que en nada semejaba
El gozo de ser feliz haciendo algo.

Supe que existían ciertos placeres pasajeros
y que a la hora de confesar algo
Tenía que poner semblante grave para revelar
Que tenía cierto compromiso con la vida.

Es que aprendí demasiado rápido que vivir era algo impuesto
Y que salvo pequeñas franquicias uno podía hacer cualquier nada
Para disimular lo mal que se puede estar pasando.

Conseguí amonedar el pesimismo y el optimismo en un mismo cuenco
Y supe como sacar feliz e ileso al día para siempre si un golpe siquiera
Que sacudiera esa cortina de papel que nos pusieron como cielo.

En otras palabras, no le presté, a veces, atención a la realidad
Y me puse como un obseso
a ser uno más, llevando feliz el sastre a hacia las días.

Rasgué una guitarra con insistencia como si fuera un arma
Y me lamenté vociferando hasta comenzar una ventisca.

Tuve amor
y supe que todo podía darse de nuevo
siempre bajo pequeñas circunstancias y mentiras.

Que de pronto todo era tan lo mismo
Y que no tenía otra opción
sino ponerme a cantar como sembrando rosas o bombas
en algún lugar del desespero.

Que no me quedaba de otra
sino darle duro a la batería
Mientras el roquero de mis abismos
Se subía a gritar y patear en la tarima. 

Desde entonces hay algo adentro que ya no se asombra
Y sé que mi alma irremediablemente ha traspasado la línea
Donde nada es nuevo
Salvo ese gesto implacable de marchito
Que solo comenzará a devastarse
Cuando me abran las puertas del retiro.

1 comentario:

Licuado Cerebral dijo...

creo que generas una buena imagen del estado de anhedonia