05 noviembre 2010

Xibalbá



Quisimos ver el infinito

Aproximando nuestra mirada al cielo nocturno:

La noche nos pobló las pupilas con estrellas.


Una diadema de arcoíris

Se ciñó a la nebulosa moribunda

Pero estábamos enamorados

Y no advertíamos que un río de sangre

Envejecía para atarrayar el último suspiro.


De todos los caminos escogimos la noche

Como bandidos tapiados

abejorrabamos el deseo en los labios.


No nos ganó el bermejo bosque de la pasión

Para oscurecernos como famélicos vámpiros;

Ni tampoco el blanco emplumado en silencio

Para temerle a la nada obstinada de los ángeles;

Quizás, amor, dudamos de los girasoles rezagados en el sendero

Que te encandilaron la piel hasta dejarla polen en sus pétalos

Pero mi ternura les ganó meciéndolos en tu pecho

como veletas desorientadas a la sombra de un viento dormido.


(Escogimos bien;

Todavía seguimos a tientas amor

Sin soltarnos la caricia atrincherada.

Un huso apasionado

Sigue tejiendo la primera noche de amor en el paraíso.)


Tu vientre pasó todas las pruebas

Añorando parir una raza hecha solo para el amor.


La última noche

Unimos toda la fuerza que nos restaba de futuro

Y nos amamos

Con los ojos cegados:

Nunca hubo tanta luz

Y nunca sobró tanta oscuridad

Para reconocernos en la caricia.


Los dioses jamás nos perdonaron.


Xibalbá!

Nació aquél día.

No hay comentarios.: