12 marzo 2012

GLACIAL .

Ilustración de Geisón García (Punkfluid)



La vida es apenas un punto que pupila,
Yo lo llevo,
Bloque navegando entre las aguas

Pero este presentimiento,
Esta breve ecuación del espectro,
Es el espejo para saber que también desde el silencio de las cosas
Otro semejante nos consuela.

A veces la nostalgia tiene el azul de la espera
Y suele, esto es bien sabido,
Reconocer el nombre correcto de la piel
Que se  arrinconó entre lo desnudo.

Vale esta variante u otra geometría
para comenzar a sospechar del tedio,
vale un punto caído en el abismo para ponerle fin a la zozobra.

La visual cadaverina que nos asalta desde la otra soledad
Tiene sus tildes de tiempo convertidas en un aprisco de preguntas.
Por eso siempre uno se queda fabricando refracciones,
Cóncavas fugas para distraer  la dirección arrebatada del destino.

El diminuto señor glacial de la esperanza
Encerrado en la cuadratura de todo el desespero
Tiene de antaño y por capricho la manía 
de apoyar  
A aquella edad que insiste en marcharse del presente.

Todo el compungido desdén con que vemos envejecer el alma
Y el gris abismo donde siempre dejamos extraviada la nota fiel de la mirada
Se arrellana,
Construye poco a poco la morada del solitario
Y lo único que podemos salvar de esa devastación malhumorada
Es como una tonada de bandoneón que le aprieta el cuello al viento
Para saber en que lugar se encuentra el tierno teclado del silencio.

Basta, sin embargo, con que la presencia de la desilusión nos asalte
Para que sepamos que los puntos de sosiego que pusimos a los sueños
Eran también un lamento;
Aquel cuarto donde la compasión se echó a perder del todo resentida.

Quizás  para siempre pusimos
al diminuto señor glacial de la esperanza
como prisionero en un vagón
que circula en el profundo dolor de nuestra sangre.

El suspenso es apenas esa causa moribunda.
A veces vale sólo cerrar los ojos para sentirnos tan cerca de la muerte.
Yo  he sentido el espanto, todo el desamparo.

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