01 agosto 2011

METÁFORAS DEL RECUERDO, VERDADERAS…



Conservo recuerdos pronunciados de mi infancia.
Antonio Ramos Sucre

como un oxidado automóvil,
dejado por sorpresa en un recodo del olvido
y que sirvió en la infancia
para el abandono feliz de las fantasías.
Como un libro que se leyó a escondidas
mientras la tarde se prolongaba
en la imaginación alegre de un niño
que en silencio procuraba
sus primeros encuentros consigo mismo.
Como la gloria de sentirse pájaro
después de haber trepado
por las flores inexplicables
de un árbol llamado poma-rosa.
Como el vértigo dichoso
de lanzarse sobre un río
sintiendo que el riesgo era entonces
la palabra justa para sentirse hombre.
Como el afán del corazón de un colibrí
atrapado en las caricias
de un niño extrañamente silencioso.
Como la sensación del extravío oportuno entre los árboles
mientras la selva lanzaba nuestros ojos
hacia el nido de los pájaros del sueño.
Como un recuerdo que llega de repente
sentenciando para siempre
que el paraíso lo tuvimos en la infancia.

2 comentarios:

JARDÍN DE ESTATUAS SIN OJOS dijo...

Me gusta el registro, el tono alegremente melancólico descubriendo ese, alguna vez alcanzado, inalcanzable Paraíso.
Gracias y un abrazo.

JARDÍN DE ESTATUAS SIN OJOS dijo...

Ah, los recuerdos, esas mentiras verdaderas... :-)