07 enero 2011

Los Anarkos




Extracto

Farsa


Acto 1

Primera escena

La escena estará acompañada por el tema Unforgiven I de Metallica. Apartamento de inquilinato común del centro de la ciudades, el interior está muy deteriorado, está sucio y desvencijado, contra el lateral izquierdo hay un colchón roído en el suelo, sobre el colchón hay una mujer entre las sabanas medio desnuda, está dormida y está acompañada por un hombre que se encuentra oculto entre las cobijas y que está vestido con traje de astronauta, hay una mesita de centro de sala frente al colchón, a lado y lado de la mesa se encuentran dos hombres semidesnudos e inconscientes, uno de ellos está con medio cuerpo debajo de la mesa, cerca de esta se encuentra otro hombre agarrado de un balde, tiene la cabeza dentro, contra el lateral derecho se recuesta una poltrona deshecha, sobre ella una mujer está recostada y dormida, contra el foro hay una biblioteca desbaratada, hay libros tirados por todo el lugar y botellas de licor vacías, hay espejos, puchos de marihuana, cocaína y ropa en desorden. Los durmientes comenzarán a levantarse con movimientos corporales lentos, a medida que la música se va intensificando los sonámbulos comenzarán a aruñar el suelo, algunos lanzarán zarpazos al aire, otros simplemente buscarán drogarse mirando absortos a sus compañeros, alguna de las chicas comenzará a amarse con uno de los hombres mientras el hombre del balde hará contracciones de diafragma inútiles mostrando una angustia total.

Un haz de luz muy fuerte penetrará por la ventana que se encuentra encima de la poltrona, el hombre vestido de astronauta se levantará y comenzará a caminar muy despacio hacia la luz que cada vez se irá haciendo más grande, el hombre a medida que se acerque hacia la luz correrá hacia sus costados todo lo que se le atraviese, lo último en arrojar a un lado será la poltrona, al llegar a la ventana, hará intentos en vano de salir por allí, en ese momento la escena será iluminada por varias luces blancas incandescentes que cegarán poco a poco al público, cuando hayan logrado su máximo esplendor y se haya logrado cegar la escena del publico se apagarán las luces y caerá el telón.

Segunda escena

Telón abajo. Narrador vistiendo traje de sastre muy usado, corbata delgada, camisa con cuello gastado, con zapatos sucios y sin medias se asoma, se sienta en el en borde del proscenio, prende un cigarrillo lo aspira varias veces, muestra un aire lacónico, algunas veces gira hacia el telón prestando atención al ruido que proviene detrás de este, luego mira al público, baja la cabeza decepcionado, se lleva las manos hacia esta se acicala la cabellera con fastidio, se da unas bocanadas de cigarrillo, se recuesta y se queda observando el humo que asciende. Luego se levanta resuelto, cuando comienza a hablar el hombre inicia un comportamiento nervioso y psicópata nada predecible.

Narrador: A ellos los llamaban los angelitos, los anarkos, los auténticos, a decir verdad no importa como se les llamara, eran simples idealistas obsesionados con discursos marxistas, con el truculento cuento del comunismo y con los tantos resguardos de una sociedad equitativa netamente socialista. Acomodaban todo y todo quedaba caóticamente adaptado a las necesidades del momento en el mismo desordenado orden en el que iban llegando, procuraban comprender lo que les llegaba sin ajustarlo a un método. Hijos del tercermundismo, de la discriminación y el racismo, estos jóvenes comenzaron a subvivir en un basurero de ideas muertas. Eran jóvenes, irresponsables, impulsivos, pero con todas las ganas de cambiar un mundo que no podían cambiar. Así siguen en mi memoria. Los recuerdos algunas veces engañan, tienen a su favor la clepsidra, el tiempo se impone sobre ellos con el rigor de un tirano que va promulgando a la ventana de la evocación las señales denunciantes del pasado. Cada recuerdo cae a la memoria desmantelando las coartadas de una historia, dejando al descubierto el registro vital de una vida vulnerable al ojo asesino. Hay un gran riesgo en presentar una obra de estas. Nunca fuimos sicarios, jamás sonreímos con la trastornada apariencia del psicópata (señala al público con el cigarrillo), temíamos, llorábamos y temblábamos como perros abandonados bajo la lluvia, pero la indignidad nos podía más que los nervios. Ahora el miedo vuelve a mí y aunque estos nos son recuerdos entablan la obsesión y los héroes que mi mente esconde tras la memoria. El desierto que verán detrás de este telón, proviene de los sueños, todo el universo de esta obra está signado por el azar, por el vertiginoso anacronismo, pero ya habrá el Freud que se ponga al arduo trabajo de desmantelar cada símbolo como la insignia de una identidad que mi corazón juró resguardar en el olvido. Para aquellos espías, para aquellos que dentro de la sala tomen nota testarudos por su delirio de atrapar fantasmas, les tengo una noticia (saca revolver de uno de los bolsillos interiores del saco y señala al público con impulsos de disparar), cada una de las escenas, toda la obra es simplemente la proyección recuperada de mis sueños, noche tras noche fui recolectando el material suficiente, él único responsable entonces de todo este espectáculo soy yo, si hay a alguien que hay que encarcelar después de esta obra, si a alguien se desea torturar, mortificar y violar es a mí, pero otra noticia (se ríe a carcajadas), ¿cómo podrían hacer sufrir a un muerto? Sí señores, (se le dispara el revolver por accidente), huyyy, perdón, no era mi intención, je, je, je, bueno como les decía, todo lo que verán fueron los sueños recuperados de un muerto, un muerto bien muerto (se lleva el arma a la cien y se va fundiendo con el telón, mira con susto al público y se dispara, se desploma hacia atrás cayendo hacia adentro de la escena, mientras el telón sigue caído)

Acto 2

Escenas acompañadas con los temas de Sumertime de Janis Joplin y Sunshine of your love de Jimi Hendrix .

Primera escena

Desierto atravesado por dos carreteras que van en dirección norte-sur, en cada una de las carreteras hay un carro destartalado, en el lateral derecho hay un escritorio de oficina pequeño, encima maquina de escribir antigua, en el foro el ciclorama muestra un cielo despejado con un sol violento que se funde con el desierto, sobre este paisaje están pintadas una tanqueta antimotines en el este y en el oeste una pirámide maya. Hacia el lateral derecho al lado del escritorio hay un pequeño pasillo por donde entra un buitre corriendo a saltos torpes, está encadenado, su dueño es un policía que lleva también encadenado a un anarquista (narrador) con capucha puesta, el policía hace poner de rodillas al encapuchado, detrás del policía viene un juez y detrás de este entra un secretario que se sienta al escritorio a tomar nota. El buitre es como un perro para amenazar.

Juez: Pensó que iba a escaparse, que nadie le conocía, secretario lea el expediente.

Secretario: Bastardo Panclasta Biofilo Josemaría, alias general Mariachi, 28 años, 36 atentados contra el gobierno, organizador de células guerrilleras urbanas, comandante jefe del colectivo revolucionario de estudiantes Luis Vargas Tejada y líder de los clanes universitarios las flores negras..

Juez: suficiente. Te das cuenta Victoriano Quintín, lo sabemos todo sobre ti y sin embargo no eres más que un pedazo de mierda (patea la arena que es arrojada sobre la capucha de la victima), ahora, si de verdad te importa tu vida, lo mejor es que colabores, que pensaste joven que ibas a salirte con la tuya, que te ibas a burlar del gobierno, te estábamos dando alas (pone un pie sobre el pecho de la víctima y lo empuja hacia atrás)

Secretario: ¿escribo lo del puntapié señor?

Juez: ¿qué putas estás escribiendo?

Secretario: Juez: Pensó que iba a escaparse, que nadie le conocía, secretario lea el expediente…Secretario: Bastardo Panclasta Biofilo Josemaría, alias general Mariachi, 28 años, 36 atentados contra el gobierno, organizador de…

Juez: acaso estás loco, de dónde sacaron a este imbécil, (arranca la hoja de la maquina de escribir) quieres que nos manden a la horca, ¡pendejo!, anota

Secretario: ¿pendejo?

Juez: nooooo, que tu eres un pendejo (el anarquista comienza reír a carcajadas), y tu de que te ríes, policía, hágale saber a este bastardo quien es el que manda.

Policía: escucha bien bastardo, aquí el que manda es el señor juez, do sea el distinguido doctor Don Alfonso

Juez: cállate idiota, acaso quieres que nos identifique el muy desgraciado este, te estaba ordenado que le golpearas

Policía: disculpe usted doctor, ahora mismo cumplo con la orden (el policía lo coge a bastonazos al anarquista mientras este no puede parar de reír)

Juez: (desesperado, se organiza el traje) estoy rodeado de inútiles y no vayas a copiar eso, quietico ahí con esos dedos. Pon mucha atención, tú no más escribe que el susodicho aquí presente intentó escapar y agredirnos, que utilizamos la contención y que luego comenzamos la entrevista, tu maquilla mis preguntas y copia al pie de la letra sus respuestas, ¿entendiste?

Secretario: si señor, yo me invento todo

Juez: cual todo, no más lo que yo te diga, carajooo

Anarquista: porque no te ahorras tiempo y mejor me pega el tiro de una vez y me desapareces como lo has hecho con los miles de compañeros, dale, pégame el tiro y dile al policía que me eche por una de las alcantarillas del cartucho y que mañana me de por desaparecido como lo vienes haciendo desde que te pusimos el platino en la pierna Doctor Angulo come culo

Juez: (a punto de un ataque de locura, le quita el bastón de mando al policía y comienza golpear al anarquista a mansalva) desgraciado, me las vas a pagar, te vas a podrir en el infierno, te voy a partir la madre!

Anarquista: eso, así, observa como no eres más que un títere que se deja manipular, hasta yo puedo

Juez: (recomponiéndose y entregándole el bastón al policía) Escriba ahí que el maldito este fue quien atentó contrala vida del presidente

Anarquista: huyyyy, gracias, que gusto me hubiese dado, pero aunque me muera de las ganas, debo confesar que no puedo con tanto crédito

Juez: pues te comerás este y muchos más, te podrirás e la cárcel y luego una vez más y otra y otra, hasta que no que de de ti más que nada, nada.

Secretario: como maquillo eso señor juez

Juez: nada, no escribas. Me queda sin embargo una duda, porque no te defendiste cuando te cogimos, pudiste haber escapado. Pudiste escapar indio.

Anarquista: Y acaso tenía oportunidad, ya me habían avisado que yo era el próximo, paraqué huir, acaso crees que eres el único que puede espeiar, que logra meterse como una rata y robarse los huevos, nosotros también podemos Angulos, pero con una diferencia, no somos ratas, somos comején, un comején silencioso que va desmantelando la madera de sus hipócritas leyes. Yo pude escapar, pero para qué, ayer era mi día de gloria, ayer iba a inmolarme sin emabrgo , maldita sea, no pude, quieres saber porque me entregue, por deber, por vergüenza.

Juez: te ibas a inmolar, pero cómo, con qué, cuando te atrapamos estabas completamente desarmado

Anarquista: justamente por eso, yo levaba una bomba, pero no supe activarla, algo en me falló, busque explotarla contra la limusina que llevaba al maldito imperialista ese yanqui, pero no estalló, entonces me entregué (mientras cuenta esto un encapuchado anónimo entra con una bomba, pasa alrededor del juez y del policía, se va directo hacia la tanqueta, la bota, observa que esta no estala, se tira al suele, se lleva las manos al rostro con pena y se entrega a un pelotón invisible que viene por él, luego con las manos atrás como si las llevara encadenadas se hace al lado del anarquista en la misma pose de este)

Juez: Comprendo, tu propósito morir en átomos volando, ja, ja, ja, que idiota, sabes, antes me desagradabas, pero me doy cuenta que sólo eres un chico bobo repleto de ilusiones.

Secretario: ¿anoto eso?

Juez: anota lo que se te de la gana, ya me tiens harto, policía suelte las esposas, ya no es necesario el buitre, este simplemente es un muchacho que con el tiempo se dará cuenta de todo, vámonos, ¿y tu que diablos estás anotado?

Secretario: pues usted me dijo que anotara lo que quisiera

Juez: y qué es lo que estás anotando

Secretario: el hombre se encontraba sediento, pero no tenía brazos para llevarse un poco de agua a sus labios, el sol era inclemente, el buitre esperaba pacientemente que muriera…ahí voy

Juez: pero qué diablos es esto, levántate y vámonos

Secretario: ¿y el detenido?

Juez: déjalo... ya está muerto. (salen por el pasillo que entraron dejando sólo al anarquista, el encapuchado se levanta, mira confundido la escena, mira al anarquista y saliendo en puntillas abandona a mártir, las luces se van apagando y el telón cae).

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