18 octubre 2010

DECLARACIÓN DEFINITIVA





Amor…
Yo he visto animales monstruosos
Atravesar sin ser vistos
las abandonadas carreteras.
He sentido en la tiniebla de la selva
el furor de la sed de los vampiros
aleteando contra la madera.
He observado la niebla,
tragándose glotona
todo lo verde, le encanta lo verde.
He soportado la lluvia
con sus alfileres destrozándome el rostro,
he conocido abismos
donde los gritos temen caer
y soledades desérticas
donde el sol no descansa jamás.
Montañas curtidas,
hechas polvo y soledad.
Casuchas
donde niñas harapientas
barren la madrugada
con las plumas de los gallos.

Amor…
Si no te basta tu mundo
te doy el mío
tan repleto de cosas ciertas como inimaginables:
días donde lo único que te persigue
es una misma sed de sentirte perdido
y crepúsculos que se van desplomando
sobre la paz con su jauría de mosquitos.
He visto amanecer sobre la cima de un páramo
al ojo de Dios
Y mis dedos casi muertos por el frío,
anclados al desespero
de regalarle un sol a mis pupilas
naciendo de lo más profundo de un nevado,
resolvieron muchas veces
una entrega de hielo a cambio de sonrisa.
He aguantado cosas horribles,
incomprensibles para el ojo:
nieblas peleando y volviéndose añicos contra los labios,
aullidos temblando a tientas en lo blanco
y los gemidos de un perro
desamparado en lo invisible.
He salvado de las aguas turbias de un río
troncos despedazados que servían para fogata
y lanzándome los rápidos arremolinados,
donde los pescadores temían tirar sus atarrayas
para ahuyentar los ojos obsesionados de los caimanes,
he jugado a ser niño de nuevo.
He perseguido iguanas multicolores
que me enseñaron la altura de los eucaliptos,
he visto niños que en sus pies
tenían el mapa del país
andado muchas veces,
he llegado a cantinas de pueblo
donde solo se vende la monotonía
y las putas son viejas compañeras
para hablar de las tristezas,
he visto ríos
que se han desbordado sobre carreteras completas
e incendios
que se sienten palpitar, todavía, calientes sobre las piedras.
He visto la danza de los flamencos
y lunas llenas con sabor a lobo,
he sentido el poder de un hongo
destrozándome por dentro todo lo que creía.
He vivido entre indios
que te hablan con el machete siempre en la mano
Y con exóticas indígenas
que te susurran algo escondido en los senos.

Amor…
He vivido todo
o casi todo
para sólo poder llegar hasta tus brazos,
he recorrido el mundo,
me he adentrado en la guarida del Mohán
y sólo he encontrado libélulas.
He andado por caminos sin camino
detrás del Hojarasquín del monte
y sólo he encontrado el olor de las guayabas
endulzando las noches.
He buscado a la Patasola
y me he quedado absorto
con el hielo levitando sobre las cosechas de trigo hasta tostarlas.
He ido detrás de las brujas
pero sólo me he encontrado con mujeres locas
que perdieron a sus hijos en la guerra.
He sentido disparos en la madrugada,
he visto hombres caer con agujeros en la frente.
He sentido todo,
la agonía,
la muerte,
y he vivido
el mundo
para ser el hombre
que es todos los hombres.
Este hombre…

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