25 septiembre 2010

POEMA QUE JAMÁS DEBÍ ESCRIBIRTE…PERO ME GANÓ EL DESEO.



Deseo gastarte por completo, con prisa,
temerario ante todos tus encantos.


Deseo vaciarte en un instante,
en una silla, en un parque, en cualquier parte.


Deseo absorberte, con afán, ansioso hasta el delirio.


Quiero que entres en mí, que me acabes, que me llenes la cabeza de escalofrío y de silencio.


Deseo llevarte dentro de mí, en mis brazos, en mis venas, más adentro.


Deseo tragarte, comerte,
engullirte en medio de la brisa y de la calle,
ante la mirada aterrada de los ausentes,
huyendo de los perseguidores de sueños,
convicto de la ley natural que procura envejecerme.


Deseo tenerte adentro, embarazarme con tus sueños, con tus engendros.


Deseo robarte la piel, usarla de cobija y llevarla a todas las salidas.


Deseo vivirte, gozarte, consumirte,
antes de que mueras, antes de que desaparezcas en cualquier esquina,
antes de que me haga viejo y no pueda ni siquiera recordar tu nombre,
antes de que caven una fosa y me entierren acompañado por seres que aun no he conocido.


Antes de que termine este presente, este instante, ahora que te conozco tanto,
que sé que eres carne, rubor, humedad por dentro, pulso acelerado,
ahora que puedo recordar tu enigmática mirada y tus sencillos dientes,
ahora que puedo describir la cara de intranquila que te dieron,
ahora que reconozco el temblor en tus piernas; el orgasmo!


Ahora que sé que has leído algo, que has visto poco,
que has olido y has temido a la tardanza.


Ahora que sé que te gusto, que sé como besas y reconozco tu lengua entre mi boca,
ahora que he empezado a dudar porque sé que te iras, que no iremos,
que no estaremos quizás mañana en este mundo y en otra historia,
ahora que he pensado en ti, en mí, en nosotros, en la ausencia,
deseo retenerte, preñarme con tu sombra y parirte cada noche.


Deseo que te llegue este poema,
que lo leas, que lo rompas, que lo quemes y veas arder todos mis deseos.


Deseo que eso hagas para que comiences a desear con instinto,
sin miedo, sin tardanza.
Eso deseo y mientras busco la forma de lograrlo… el tiempo pasa.
Y nada puedo hacer,
sino tan sólo desear que mueras,
como todos, sin saberlo.

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