04 marzo 2012

Écfrasis



¿Quién soy?
¿Cómo reconocerme hasta el mínimo detalle?
Hace años se me descompuso la carcajada infantil e ingenua
Y cada día mi cuerpo deja restos entre las sábanas de otro que fui,
Tengo menos dientes y a veces un sabor amargo en la misma voz.

Mis pies han caminado todas mis edades
Pero no consigo encontrar el punto inicial de mi piel
De pie soy un indio, ante el espejo soy un indio, pensando soy un indio.

A veces el autor sale y no queda nada de la cotidianidad,
Comienza la palabra oscura y el acento que lleva el sello de mi desolación.

Confieso que tengo los ojos oscuros por sospechar tanto,
Que el silencio es algo grave al menos para mi soledad.
Y que las ojeras son por ensayar tantas huidas.

De cerca se me puede encontrar un desamparo, 
como cierta inquietud zarandeándome. 

Lo cierto son mis manos, su memoria de crisálidas y colibríes acariciados,
La manía que se les quedó al señalar un fantasma o al acariciar un perro.

El color que me otorgó el aire le debe mucho a la arcilla
Y sin embargo parece que circulara una sangre vegetal entre mis venas.

Soy un punto también en la distancia, y algún día también seré nada.
Tanto de cerca como de lejos mi sombra mira igual a la nostalgia.

Toda fotografía mía está atravesada por el amor,
tocada apenas por la talla crucial de mis ardores.
Yo me siento, sobre todo cuando duermo,  parecido a un ángel extraviado;
Es que tengo, esto se nota en cualquier parte,  las alas rotas por descuido.

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