03 febrero 2011

Enlunado


Me encuentro enlunado con la ebriedad de los pastizales prófugos

Mi caída tiene un poderoso lamento de adioses

La enfermedad es irremontable y el judío que se escondía

Comenzó su errancia por entre los agujeros de la niebla

Yazco sin labios que hablen como las olas

Pero insisto en saberme viento.

Atrapé el sonido preciso de la espuma,

de las luciérnagas incendiando el silencio,

hablé de mí, de la bolsa de remordimientos jaraneros

que enruidaron mi extraña tristeza

hablé de lo que pude fundando la voz de la autopsia

y llegué al límite de reconocer que sólo profería un lamento;

cada voz lleva una soga de ahorcado,

una esquina temible,

un atracadero donde moran pelicanos sedientos de tragedia.

partí mi pluma

y comencé el destierro.

Un beso

Un olvido

Es lo que falta.

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