17 octubre 2010

Canción tragicómica.




Este,
mi rostro,
claudicando antes de tiempo,
perdido en el retrato que lo esfuma,
atisbando sin quererlo la palabra,
sin más presencia que su ausencia,
ya no quiere delatarme.


Yo tengo para mí
una sospecha milenaria;
cosas como ojos aburridos
y unos labios sellados por encierro.
Pero sé, de seguro
que sólo es tristeza secada al sol como pescado


Del espejo se mi rostro
y su eterno viaje hasta mi instante.
Es la fatiga de salirme,
Y de mirar con premura lo imposible;
ansias, solamente, de saber lo que es un gesto.


El alma dentro,
de seguro esto es serio,
estoy agonizando,
como mi rostro, yo no encuentro.

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