09 noviembre 2010

NINFAS DE MEDIANOCHE.

NINFAS DE MEDIANOCHE.

Obra de teatro en cinco actos.

(extracto: primer acto)

Por: Zeuxis Vargas

NINFAS DE MEDIANOCHE.

Primer Acto

Personajes:

Novia negra

Mujer cebra

2 operarios

Un personaje oculto en el público

Escenario sin mobiliario, tan sólo una cuerda de tender ropa se extiende de este a oeste y sobre ella una sábana blanca descolorida cogida por ganchos hasta tocar el piso.

Primera escena

Movimiento uno

Detrás de la sábana y por encima aparece una mano agarrando un sostenedor de cabezas, la mano se mueve de derecha a izquierda con regreso sobre la sábana como buscando algo, se devuelve, reburuja en el aíre sin soltar el sostenedor de cabezas, la mano hace gestos de furia y desilusión, de pronto se deja caer desfallecida colgando, con el sostenedor de cabezas, sobre la sábana y la cuerda de tender la ropa.

Movimiento dos

Detrás de la sabana aparece una cabeza, la cabeza muestra una cara con un gesto de felicidad rígido; la sonrisa exagerada está inmóvil en el rostro, tiene la apariencia de una máscara pero se reconoce que es una cabeza humana, la cabeza mantiene el gesto: ojos sorprendidos, sonrisa exagerada, dientes apretados y cabello despeinado algo canoso. Se mueve de derecha a izquierda sobre la sábana como si flotara. La mano reacciona, se nota feliz y va al encuentro de la cabeza.

Juego

cabeza-mano; la cabeza va hacia la derecha, la mano hacia la izquierda, se devuelven y se encuentran en el centro, la mano pone el apoya cabezas sobre el mentón del rostro pero es muy grande, la mano se oculta y vuelve a salir desde atrás de la sábana con un nuevo apoya cabezas de tamaño mediano y vuelve a apoyarlo sobre el mentón del rostro inmóvil; el apoya-cabezas encaja y tanto mano como cabeza quedan inmóviles.

La cuerda de tender ropa se cae siendo jalada hacia afuera del escenario. Queda al descubierto un cuerpo que está unido a la cabeza y donde la mano que agarra el sostenedor también hace parte del cuerpo.

Es una mujer; su nombre: novia negra. Sus vestidos de color negro están desmigajados, la mano izquierda cuelga agarrando una pistola. La mano derecha agarra el sostenedor de cabeza mientras este sostiene el rostro impávido en el gesto grotesco de ojos sorprendidos, sonrisa exagerada con dientes apretados y cabellos canos despeinados

Novia negra: La soledad! (grita), la culpa es de la soledaaaaaaaaaad!!! (vuelve a adoptar el gesto de sonrisa exagerada y ojos sorprendidos, comienza moverse por todo el escenario sin nunca dar la espalda al público parece realizar una danza borracha que se caracteriza por movimientos pausados y acelerados, tiene los pies descalzos y a veces intenta danzar sobre la punta de los dedos, a veces parece caerse, pero un espasmo la lanza hacia atrás, la mano derecha en ningún momento suelta el sostenedor de cabezas y este jamás se desencaja de la mandíbula, la expresión del rostro jamás cambia.

La danza se vuelve un juego de rayuela, la mujer salta como si estuviera sobre un tablero de rayuela de un cuadro a otro imaginario.

De pronto, gira la cabeza sin desencajar la mandíbula del sostenedor de cabeza y mira directamente al público)

Un, dos, tres, hay que saber mover los pies!

(vuelve a adoptar la expresión de risa exagerada, ojos sorprendidos y dientes apretados y se queda estática observando al público)

Segunda escena

Entra la mujer cebra como si estuviese acechando a una presa, se mueve sigilosamente, de pronto reacciona y adopta la postura de una cebra mansa que trota y baja la cabeza para abrevar nerviosa y pastar, vuelve a reaccionar y camina sigilosa como un guepardo que acecha a su presa, así varias veces saliendo y entrando, unas como cebra, otras como guepardo, moviéndose de aquí para allá dentro y fuera del escenario.

La mujer cebra llega hasta el centro del escenario detrás de la novia negra, la rodea con la actitud de una cebra curiosa, gira en torno a la novia negra que se encuentra inmóvil observando, con su grotesco gesto, al público.

Mujer cebra: Una estatua griega (señala a la novia negra mientras mira inocente al público, luego hace un gesto de consentida y se lleva las manos al rostro), y lleva una máscara japonesa! (asiente con la cabeza como si creyera totalmente en lo que dice) Una mariposa (mueve la cabeza alocada hacia un lado y otro y demostrando perder todo el interés en la novia negra, comienza a caracterizar al guepardo que persigue una mariposa)

Tercera escena

Novia negra: (dejando su gesto y descolgando el brazo derecho, levanta el brazo izquierdo donde sostiene el arma y comienza a disparar como loca hacia el público), pum, pum, mueran, pum, pum, pum, mueran! Pum, todos son unos cerdos, pum, pum, pum. Mueran, pum, pum, mueran!

Una corona de reina es arrojada al escenario por un personaje que se oculta dentro el público.

Novia negra: una corona (curiosa se agacha a recoger el objeto, se detiene un momento antes y se examina las manos, parece decidir entre cual de los objetos soltar para recoger el que se encuentra en el suelo, de pronto algo la levanta y la yergue como si fuese una marioneta).

pero que me pasa. Dios mío!, esto debe ser un sueño, no puedo moverme voluntariamente, mis extremidades no me funcionan, oh!, Dios, mi mandí….(el rostro adopta un gesto triste y comienza a danzar mecánicamente como si fuera una marioneta por todo el escenario hasta tropezarse de frente contra la mujer cebra) mmmmmm, mm, mmmmmmm. (intenta hablar pero solo le sale un ruido monosilábico de ventrílocuo)

Mujer cebra: pero qué cosa más extraña (se lleva la mano hacia el mentón y adopta un gesto de interrogación)

Novia negra: (como si fuese una marioneta, suelta el sostenedor de cabezas y la pistola y adopta el gesto de la mujer cebra, mano sobre el mentón cara de interrogación, luego se arquea hacia atrás y regresa erguida mostrando un rostro aterrador a la mujer cebra).

Mujer cebra: (curiosa) pero qué cosa más extraña. (de pronto declina ante el poder de la mirada aterradora y entra en trance hipnótico)

Comienza Juego de hipnosis

La novia negra como si fuera una marioneta movida por hilos invisibles levanta la mano derecha la pone totalmente extendida a pocos centímetros frente al rostro de la mujer cebra. Comienza a mover los dedos y la mujer cebra comienza a mover el cuerpo de forma extraña pero al ritmo de los dedos sin alejarse de la distancia que estableció la mano de la novia negra. La mano de la novia negra se mueve como si limpiara un cristal y el rostro sigue totalmente imantado a la mano. La novia negra comienza a caminar con la mano extendida bajando y subiéndola mientras la mujer cebra le sigue imantada a la mano.

De repente se tropieza con la corona y como si se le cortaran los hilos invisibles, la novia negra relaja todo el cuerpo como si descansara.

Novia negra: mi pistola, mi sostenedor, (se queda pensativa y sonríe maliciosamente, mira al público hace una venia y comienza a declamar “Cita triste con Charlot”, de Alberti, adoptando cada uno de los gestos y actuaciones necesarias para personificar a Charlot y lo que dice)

Mi corbata, mis guantes,
mis guantes, mi corbata.
La mariposa ignora la muerte de los sastres,
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años.

¡Oh!
Era yo un niño cuando los peces no andaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.
Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes,
tú luna, de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.
La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.
Es que nieva, que nieva
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.
Pero podemos bailar, árbol perdido.
Un vals para los lobos,
para el sueño de la gallina sin las uñas del zorro.
Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!
Mi sombrero y mis puños,
mis guantes, mis zapatos.
El hueso que más me duele, amor mío, es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
Las tres en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.

(Hace de nuevo una venia, y aplaude con el gesto grotesco de sonrisa exagerada dientes apretados y ojos desorbitados. Luego le da la espalda al público, busca el sostenedor y la pistola, palmea en el hombro a la mujer cebra, va hacia el centro del escenario se pone el sostenedor en la mandíbula, la pistola en la cien y queda inmóvil).

Cuarta escena

Mujer cebra: (se incorpora lentamente mientras la novia negra después de darle la palmada en el hombro realiza todo su cuadro hasta llegar al centro y quedarse inmóvil, luego extiende su mano derecha hacia el frente y como si hipnotizara algo, imitando la hipnosis de la novia negra, comienza a jalarlo como si fuera un imán de algo invisible) pero que cosa más extraña.

(Llega al centro del escenario donde se encuentra la novia negra y mirándola curiosamente exclama:)

Una estatua hannya del Japón (señala a la novia negra mientras mira inocente al público, luego hace un gesto de consentida y se lleva las manos al rostro), y lleva una máscara griega!

(asiente con la cabeza como si creyera totalmente en lo que dice)

un espejo!

(pone todo el cuerpo de la novia negra de perfil para que no siga mirando al público y grita mientras hace movimientos raros como si fuera un ser encantado del bosque:)

Abracadabra!

pata de cabra,

que un rayo alcance los muertos!

Y nazca un hombre lejitos

Siembra maniobra de culebra

Que la hembra abra

El abracadabra!

(Se queda mirando concentrada a la novia negra y luego como si perdiera todo el interés, le da la espalda, hace gestos como de estar sufriendo algo y de pronto se queda totalmente inmovilizada.

Luego se recompone y como si fuera una mujer con un disfraz de cebra se voltea y mira atentamente a la novia negra que comienza a salir de su pose de estatua)

Juego de espejos

(La novia negra recupera su naturalidad, parece ser una mujer disfrazada de novia negra, de pronto, se acerca hacia la mujer cebra y mira fijamente hacia el frente, tanto la novia negra como la mujer cebra deben adoptar una sincronización perfecta al mirarse, la una debe ser el espejo de la otra, por unos instantes el público debe pensar que asisten a un juego de espejo donde la una refleja los movimientos de la otra.

La sincronía comienza a perderse, la novia negra comienza a arreglarse el cabello; la mujer cebra los labios

Ambas parecen estar frente a un espejo pero cada una se arregla algo diferente.

De pronto vuelven a sincronizarse dándose los últimos retoques, se lanzan un beso como si se lo dieran a un espejo y dan media vuelta alejándose.

Cada una en dirección contraria y como si fueran a salir del escenario.)

Quinta escena

Entran dos operarios de mobiliario con sendas sillas, cada uno entra por un extremo: derecha e izquierda del escenario y deja cada quien su silla a un metro de cada borde del entablado. Luego de dejarlas salen mientras la novia negra y la mujer cebra exclaman en coro algo coquetas:

Novia negra y mujer cebra: Muchas gracias muchachos (caminan cada una hacia las sillas que les corresponden desde su orientación dentro del escenario y mientras van avanzando ambas deben sincronizar el siguiente poema “Amor” de Idea Vilariño, en forma de monólogo)

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.

(se sientan cada cual sobre la silla adoptando poses y haciendo movimientos de marioneta, llevándose las manos hacia los muslos se acarician suavemente hasta tocarse el pubis, suspiran tristes)

Novia negra y mujer cebra: Nada…

(Y se quedan inmóviles con la cabeza agachada en pose de estar profundamente entristecidas).

Baja el telón. Fin del primer acto.

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